Pompeo aplaude los "enormes beneficios" del Brexit en Londres
Según Pompeo, el Partido Comunista Chino representa la principal amenaza de nuestro tiempo.
Un día antes de que su país salga de la Unión Europea, el primer ministro británico recibió este jueves al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo quien subrayó los "enormes beneficios" para ambos países del acuerdo comercial posbrexit que se disponen a negociar.
Todo sonrisas y apretones de mano frente a los fotógrafos, Boris Johnson y Mike Pompeo se reunieron durante 30 minutos en Downing Street. A la salida, el jefe de la diplomacia norteamericana solo dijo que había sido un encuentro "fantástico".
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Pero antes, en un acto público junto a su homólogo británico Dominic Raab, Pompeo dejó claro que el Brexit será ventajoso para la relación entre los dos aliados históricos.
"Soy optimista porque había cosas que el Reino Unido tenía que hacer como miembro de la UE" y "ahora podrán hacerlas de forma diferente", afirmó.
"Todo esto se verá en el tratado de libre comercio", que Londres y Washington quieren empezar a negociar de inmediato. "Cuando miren en el retrovisor, verán los enormes beneficios para nuestras dos naciones", afirmó.
Después de que el Parlamento Europeo ratificara el acuerdo de divorcio el miércoles, el Reino Unido saldará del bloque a la media noche del viernes, aunque en la práctica casi nada cambie durante el periodo de transición previsto hasta finales de diciembre.
Londres pondrá así fin a casi 47 años de complicada relación con la UE y esta, por primera vez en su historia, perderá un miembro y ganará un poderoso competidor comercial y financiero a sus puertas.
Uno de los principales argumentos de los defensores del Brexit ha sido, desde la campaña del referéndum de 2016 en que este se decidió por 52% de votos, recuperar el control de su política comercial para negociar libremente acuerdos con otros países.
La "principal amenaza", China
El presidente estadounidense Donald Trump considera una "prioridad absoluta" alcanzar un ambicioso acuerdo de libre comercio con el Reino Unido y su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo esperar concluirlo este año.
Sin embargo, Washington y Londres tiene varias piedras en el camino. La decisión británica de permitir al fabricante chino de telecomunicaciones Huawei que participe, aunque sea de forma limitada, en su red 5G es una de las principales.
Washington acusa al gigante tecnológico chino de ser un espía del gobierno de Pekín, lo que la empresa niega. Con este argumento y en un contexto de rivalidad comercial, había pedido a sus aliados que lo excluyeran del desarrollo de la próxima generación de su red de internet móvil de alta velocidad.
Estados Unidos advirtió que podía dejar de compartir su inteligencia con los países que incluyan al grupo chino en sus redes de telecomunicaciones.
"El Partido Comunista Chino representa la principal amenaza de nuestro tiempo", afirmó Pompeo en Londres.
China "es una enorme economía a la que la economía estadounidense está íntimamente ligada. Esta es una gran oportunidad para nosotros de hacer negocios", consideró.
Pero, subrayó, "el Partido Comunista chino bajo el presidente Xi ha dejado claro que tiene objetivos que no son consistentes con los grandes valores" y "los principios democráticos occidentales".
Johnson había defendido la víspera el derecho de los británicos acceder a la tecnología puntera y asequible de Huawei, aunque aseguró que esto no ponía en peligro la cooperación Estados Unidos.
Complicada doble negociación
Al mismo tiempo que negocia con Washington, Johnson deberá emprender tras el Brexit la negociación de la futura relación con la UE.
Sus hasta ahora 27 socios temen que el Reino Unido se convierta en un competidor desleal por lo que exigirán que respete un cierto número de normas en materia de derechos laborales o estándares ecológicos para poder acceder al mercado europeo.
Pero el ejercicio será delicado, ya que en la negociación con Estados Unidos, Londres podría tener que aceptar productos con normas más laxas, por ejemplo para la salud o el medioambiente en lo que respecta a los alimentos, que las impuestas por la UE.
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Entre las otras cuestiones que tensan las relaciones anglo-estadounidense están el proyecto británico de gravar a los gigantes de internet, la negativa estadounidense de extraditar a la esposa de un diplomático implicada en un accidente de tráfico que mató a un adolescente en Inglaterra, o la denuncia de un fiscal neoyorquino de que el príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, no coopera con una investigación del FBI sobre el difunto pederasta Jeffrey Epstein.