Rafael Ramírez: "Maduro no negociará, la única salida es que los militares lo saquen con fuerza"
El expresidente de Petróleos de Venezuela, ahora en el exilio, habló con LA FM de la severa crisis del país.
Rafael Ramírez, expresidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), habló de la decisión que tomó de no respaldar más a Nicolás Maduro, presidente de los venezolanos.
Según dijo, en el año 2014 él era presidente de PDVSA y advirtió que el manejo económico que Nicolás Maduro le estaba dando al país era desastroso. En ese momento, el gobierno lo envió a trabajar con las Naciones Unidas, en Nueva York (Estados Unidos).
Desde la distancia, sostuvo, vio cómo la situación en su país empeoró y Maduro empezó a tomar decisiones, en conjunto con un grupo de amigos, las cuales iban en contra del bienestar de la ciudadanía. Así las cosas, en 2017 vio cómo la represión se tomó las marchas ciudadanas y fue entonces cuando se apartó por completo del régimen. Desde entonces, explicó, sus excompañeros lo persiguen y él se mantiene en el exilio en Europa.
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"En 2017 los muchachos muertos en las calles me hizo desligarme de Maduro. Nicolás Maduro no es socialista, su gobierno es el peor en la historia. A Maduro se le acabó el tiempo, tiene que salir, está anclado políticamente, internacionalmente", señaló el expresidente de PDVSA, quien dijo que el gobierno de Maduro está en la sin salida, pero no fijó tiempos acerca de cuánto puede aguantar.
De acuerdo con Rafael Ramírez, las personas del régimen "están bañados en gasolina, han sido crueles", al tiempo que señaló que pueden pasar cinco años, desde el momento en que Maduro se vaya, para que Venezuela se recupere. "El petróleo de Venezuela está ahí", agregó, al indicar que es una compañía con "284.000 millones de dólares de activos".
Respecto a la versión según la cual Nicolás Maduro alista su salida del poder y exilio en el extranjero, el expresidente de PDVSA aseguró que lo ve en Cuba "con un bajo perfil", al preguntarse "¿a dónde va ir?" si la comunidad internacional no lo quiere. A su juicio, lo que se requiere es la determinación de las fuerzas armadas de su país para ponerse del lado constitucional. "Nicolás Maduro no negociará, la única salida es que los militares lo saquen con fuerza", afirmó el expresidente de PDVSA y exembajador de Venezuela en la ONU.
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En cuanto a la posibilidad de una incursión militar, Ramírez pidió tener mucho cuidado con no llevar al país, incluso a la región, a un baño de sangre. Finalmente, aseguró, el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, "es una cara fresca, pero no se puede instituir una nueva doctrina, eso es muy peligroso (...) Todo debe estar ajustado a la Constitución". Ramírez está a la espera de que pase con Maduro para ser candidato presidencial.
Rafael Ramírez, expresidente de Venezuela
Pilar de la economía venezolana, PDVSA llegó a ser una de las cinco mayores petroleras del mundo. Hoy, tras 20 años de gobiernos chavistas, está colapsada por el derrumbe de la producción, multimillonarias deudas y sanciones de Estados Unidos.
El sucesor del fallecido líder socialista Hugo Chávez, Nicolás Maduro, entregó el control de Petróleos de Venezuela (PDVSA) al general Manuel Quevedo en noviembre de 2017 con la meta de elevar la producción en un millón de barriles diarios. Pero desde entonces el bombeo ha bajado en esa misma cantidad. Cuando asumió el poder Chávez (1999-2013), el país colocaba en el mercado 3,1 millones de barriles por día. La cifra ha caído hasta 1,1 millones, según fuentes de la OPEP.
Tras el último paquete de sanciones de Washington, Quevedo anunció que PDVSA podría declarar "fuerza mayor" para liberarse de responsabilidades por eventuales incumplimientos con clientes en ese país. La Casa Blanca enmarca esas medidas en su apoyo al jefe parlamentario Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela luego de que la mayoría opositora del Congreso declarara "usurpador" a Maduro.
El gobierno de Donald Trump congeló activos de PDVSA por 7.000 millones de dólares y estableció que Citgo -filial de la petrolera en Estados Unidos- deposite sus ganancias en una cuenta bloqueada. Maduro marca como punto de inflexión la caída de los precios del petróleo en 2014: la cotización del barril, que rompía récords, se desplomó a menos de la mitad. Atrás quedaba una bonanza sin precedentes, en la que Venezuela recibió unos 750.000 millones de dólares por exportaciones de crudo durante una década.
Pero especialistas consideran que el origen de la debacle fue el financiamiento, por parte de PDVSA, de un déficit fiscal que ha rondado anualmente el 20% del PIB. "PDVSA está quebrada. ¿Por qué? Porque se convirtió en un banco", sostiene José Gonzales, director de la consultora GCG Advisors. Una década atrás, la agencia Petroleum Intelligence Weekly ubicaba a la compañía por encima de gigantes como Shell o Chevron en su lista de compañías energéticas.
En el marco del férreo control cambiario vigente desde 2003, la petrolera fue obligada a vender al Banco Central divisas a tasas muy bajas. Ello limitó las inversiones en mantenimiento de infraestructura y exploración, mientras la nómina de PDVSA subía de 40.000 a 150.000 empleados.
El control se ha flexibilizado desde 2018 y la semana pasada la tasa oficial superó por primera vez las del mercado negro. La moneda local se ha devaluado 98,18% en cinco meses. El endeudamiento, mientras PDVSA cubría el déficit, se disparó. Los bonos de la compañía representan un tercio de la deuda externa venezolana, estimada en 150.000 millones de dólares.
Por ello, aunque los precios repuntaron desde 2017, el país atraviesa la peor crisis de su historia moderna, con hiperinflación proyectada por el FMI en 10.000.000% para 2019 y escasez de alimentos, medicinas y toda clase de productos básicos. PDVSA enfrenta desde finales de 2017 declaratorias de default por pagos atrasados por parte de calificadoras de riesgo como Standard & Poors o Fitch. Aunque Maduro ha buscado renegociar la deuda, las sanciones de Washington prohíben a sus ciudadanos y empresas transar nuevos instrumentos.
Bajo esas condiciones es "imposible recuperar la producción", dijo a la AFP el economista Jesús Casique. El experto José Toro Hardy calcula que Venezuela necesitaría préstamos por 30.000 millones de dólares y sobre todo un "cambio de políticas" para elevar la producción en 400.000 barriles diarios en un año.
Gasolina gratis
La corrupción ha sido determinante en el desplome de la industria que financia 96% del presupuesto nacional. Una investigación del Parlamento cifró en 11.000 millones de dólares las pérdidas por malversaciones en PDVSA durante la bonanza (2004-2014). El monto supera las actuales reservas internacionales del país: 8.600 millones.
La Fiscalía abrió múltiples causas que involucran al zar petrolero de Chávez, Rafael Ramírez, exiliado rival de Maduro. La congelación de los precios de la gasolina -prácticamente gratuita- es otra sangría. Aún no se concreta un aumento de tarifas anunciado por Maduro en agosto, y con lo que vale medio kilo de carne pueden pagarse más de 500 millones de litros de nafta.
Sin capacidad para cubrir la demanda, Venezuela importa combustible desde Estados Unidos, además del petróleo liviano indispensable para procesar su crudo pesado.