Reina Isabel muestra que "sigue al mando", ni en su ausencia Carlos la reemplaza
La Reina Isabel siempre ha dejado claro que en sus planes no esta abdicar, y así lo mostró pese a que la reemplazó el príncipe Carlos.
Por primera vez en casi 60 años la reina Isabel II no asistió a la apertura formal del Parlamento, la cual se lleva a cabo en el Palacio de Westminster, lo que alarmó sobre los problemas de salud que la aquejan y la han obligado a cancelar algunos compromisos o enviar al Príncipe Carlos, heredero al trino británico, como su reemplazo.
Pese a la preocupación generalizada que hay sobre la salud de la monarca, pues esta vez desde el Palacio de Buckingham se informó que los médicos le habían ordenado a la reina guardar reposo por algunos problemas de movilidad, ella sigue mostrando que en sus planes no está abdicar y que sigue al mando.
Se realizó la apertura formal del Parlamento, donde el príncipe Carlos leyó el programa legislativo del Gobierno, como siempre lo hacía su madre. Asistió acompañado de Camila Parker, la duquesa de Cornualles, y su hijo el príncipe William, duque de Cambridge.
Sin embargo, hubo varios detalles que no pasaron desapercibidos por la prensa británica del evento histórico que se llevó a cabo en la Cámara de los Lores.
El príncipe Carlos, de 73 años, no llegó en carroza como la reina Isabel lo acostumbra sino en un Rolls-Royce con techo transparente, acompañado por su esposa.
Tampoco vistió la tradicional capa de armiño sino usó un uniforme militar con múltiples medallas.
El heredero al trono no llevó la pesada corona ornada con piedras preciosas, la cual fue puesta sobre un cojín rojo ante el espacio vacío dejado por el trono ausente de la soberana.
El príncipe de Gales se sentó al lado, en un trono menor que ya ha ocupado en otras ocasiones junto a su madre, pero no ocupó el lugar de ella, lo que demuestra con estos pequeños detalles que "la reina sigue al mando", en palabras del diario Daily Mail y que no piensa abdicar.
Carlos llevó a su hijo William, de 39 años y número dos en la línea sucesoria, quien por primera vez asistió a esta importante ceremonia.
Leyó el discurso con la misma voz monótona, solemne y aplicada de la reina, ante los diputados y los Lores reunidos en la cámara alta del parlamento.
El discurso duró menos de 9 minutos y en él Carlos detalló la agenda legislativa elaborada por el gobierno del conservador Boris Johnson buscando reconquistar a los británicos para los dos años venideros, hasta las próximas elecciones legislativas.
En la historia la reina Isabel solo había faltado a dos discursos por el embarazo de sus hijos, en 1959 y 1963.