Se repite la historia: Así como Harry, rey de Inglaterra también renunció a la corona por amor
El rey Eduardo VIII se casó con una divorciada actriz estadounidense.
Tras una semana de intensas negociaciones en privado en el Palacio de Buckingham luego de que el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, anunciaran que darían "un paso atrás" en sus funciones como miembros de la familia real británica y que, además, "trabajarían para ser financieramente independientes", se conoció este sábado que los duques de Sussex renunciarán a su título de alteza real.
"Los duques dejarán de utilizar su título de alteza real ya que interrumpirán sus tareas como miembros de la Familia Real", indicó un comunicado del Palacio, que precisó que la pareja está de acuerdo en pagar ciertos gastos recientes.
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La sorpresiva decisión que hizo temblar las bases de la monarquía inglesa, al parecer venía siendo estudiada por la pareja desde hace varios meses tras el fuerte asedio de la prensa hacia Markle, y es que Harry reconoció recientemente que las circunstancias de la muerte de su madre Diana, en 1998 en París, en un accidente de tráfico mientras era perseguida por "paparazzis", dejó una huella indeleble en su vida.
"Perdí a mi madre y ahora veo como mi mujer se convierte en víctima de las mismas fuerzas poderosas", explicó el príncipe en una entrevista el año pasado.
Pero, esta no sería la primera vez que se presenta una situación de este tipo en la familia real, pues hace 83 años el escándalo tras la renuncia de un rey por amor, recorrió el mundo.
El 20 de enero de 1936 falleció el rey Jorge V (abuelo de la reina Isabell II), un día después su hijo mayor, Eduardo VIII, sube al trono a los 42 años de edad, pero para ese momento el monarca estaba perdidamente enamorado de una mujer que no era bien vista en la realeza.
Al igual que Harry, Eduardo VIII le entregó su corazón a Wallis Simpson, una divorciada actriz estadounidense como Meghan, y tras no lograr que fuera aceptada en su familia, el rey decidió abdicar para así poder casarse con ella, quien para ese momento aún seguía casada con su segundo esposo.
“Todos conocen los motivos que me han impelido a renunciar al trono, pero quiero que sepan que al renunciar a mis derechos jamás olvido a mi país y al Imperio, que como príncipe de Gales y como rey he servido siempre fielmente. Pero deben creerme cuando les digo que me era imposible, sin la ayuda y el apoyo de la mujer que amo, soportar la pesada carga de las responsabilidades y cumplir mis deberes de rey”, anunció Eduardo.
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Tras su dimisión el 11 de diciembre de 1936, Eduardo se convierte en Duque de Windsor. Luego, el 3 de junio de 1937 contrajo matrimonio con Simpson en una ceremonia privada a la que prohibió asistir a su familia. La pareja se instaló en Francia.
Después de estar juntos por más de 35 años, Eduardo pierde la batalla contra el cáncer y fallece el 27 de mayo de 1972 a los 77 años. Wallis murió 14 años después.
Esta sorprendente historia de amor le hace acreedor al duque de una singular posición en la historia de la realeza del siglo XX que ahora se repite con su sobrino segundo, Harry.