Sigue levantamiento de cuerpos tras explosión de ducto en México
La explosión del ducto dejó hasta el momento 66 muertos y 76 heridos.
Las autoridades mexicanas continúan con el levantamiento de cuerpos en Tlahuelilpan, en el estado de Hidalgo, tras explotar una toma clandestina de gasolina causando hasta el momento 66 muertos y 76 heridos.
En la zona cero de esta explosión, una de las mayores tragedias de las últimas décadas en México, los peritos cubren los cuerpos con sábanas blancas, para posteriormente llevarlos a institutos forenses y funerarias.
Por el elevado grado de calcinación de algunos de los cadáveres, la identificación de algunos cuerpos se estima complicada.
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En el lugar del suceso, en una de las entradas en este pueblo de Hidalgo, al menos un centenar de personas se concentran a la espera de tener más detalles de sus familiares y conocidos.
Y si bien no se ha producido hasta el momento ningún conato de violencia, algunos vecinos exigen a las autoridades que se apresuren en la identificación de personas, pues alegan que falta gente por localizar.
El suceso aconteció este viernes sobre las 16.50 hora local, cuando pobladores de Tlahuelilpan reventaron un ducto para extraer gasolina.
El Ejército, que llegó minutos después, no pudo controlar la tunda de personas y alrededor de dos horas después se produjo una fuerte deflagración.
"Las llamas estaban consumiendo todo lo que había alrededor y había personas fallecidas y quemadas", explicó hoy el gobernador estatal, Omar Fayad.
Fayad elevó hoy de 21 a 66 el número de fallecidos en este suceso, en tanto que otras 76 personas están hospitalizadas con quemaduras de distintos grados.
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El secretario de Salud, Jorge Alcocer, dijo en entrevista a medios que algunos de los lesionados, que han sido llevados a distintos hospitales, están entre "la vida y la muerte".
Desde que llegó al poder el 1 de diciembre, López Obrador comenzó un combate frontal al robo de hidrocarburos a través de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), que genera pérdidas millonarias para la compañía.
Para tal fin, se reforzó con miles de agentes la seguridad en los ductos y se transportó más gasolina con pipa (camión cisterna), lo que ha causado una crisis de desabastecimiento en unos diez estados del país, con estaciones de servicio cerradas, compras de pánico y el sabotaje de ductos.