Libertad de cultos no puede justificar un homicidio: El exorcismo que motivó a la Corte a poner un límite
El alto tribunal determinó que este derecho no puede justificar un homicidio o la violación de los derechos humanos de los creyentes.
A finales del 2010 se llevó a cabo en una vivienda del barrio Costa Hermosa en el municipio de Soledad (Atlántico) una sesión de oración liderada por Édgar Alberto Gómez Romero, un hombre que se hacía llamar como el ‘padre Ángel’, un sacerdote vinculado con la Iglesia Católica.
Tras la sesión, convenció a Estrella Paola Morales Pérez -una contadora pública de profesión- que ella estaba poseída por un espíritu maligno conocido como ‘el negro Felipe’, el cual abusaba sexualmente de ella durante las noches. Fue por esto que se planeó y llevo a cabo una ceremonia privada para expulsarlo de su cuerpo.
El jueves 4 de noviembre inició el rito el cual se extendió durante dos días. El ‘padre Ángel’ convocó a su asistente para realizar el ritual de exorcismo en una habitación ubicada en el segundo piso de la casa de propiedad de los esposos Jairo Rafael Pertuz Pertuz y Miladys Cecilia Pérez Torres.
En esos dos días, Estrella Paola fue sometida a golpes, vejámenes y todo tipo de maltratos. El ‘padre Ángel’ la penetró con los dedos en la vagina y el ano, y en las mismas cavidades le fueron introducidos billetes. En sus oídos y nariz le clavaron agujas. Recibió golpes en varias partes del cuerpo, se le causó
gastritis hemorrágica (al parecer por la ingesta forzada de sal y miel) y le fueron infligidas laceraciones en la lengua.
Mientras todo esto ocurría, los dueños de la vivienda realizaban una oración en el primer piso, reproduciendo alabanzas en un equipo de sonido. Finalmente, Estrella Paola Morales Pérez fue estrangulada. Los familiares de la mujer se dirigieron hasta esa vivienda para preguntar por el estado de Estrella Paola. Tras muchas insistencia y reclamos, Gómez Romero bajo el cuerpo rígido. La asistente del ‘Padre Ángel’ le había cambiado toda la ropa y arreglado las uñas.
Tras la denuncia las autoridades judiciales vincularon a una investigación por homicidio a todas las personas que participaron y tuvieron conocimiento en este ritual de exorcismo. Los investigadores descubrieron que el ‘Padre Ángel’ no tenía vinculación alguna con la Iglesia Católica.
Al revisar sus antecedentes médicos se comprobó que tenía un tratamiento por un trastorno afectivo bipolar bipolar con manifestaciones psicóticas de contenido mágico religioso. En septiembre de 2010, después de dos meses había recibido el alta de un centro médico después que su psiquiatra considera que estaba estable.
De las otras personas se concluyó que habían sido convencidas de los poderes curativos del ‘padre’, por lo que se habían prestado para realizar ese exorcismo ya que tenían fe y convicción de su poder.