Caso Nicolás Petro: Roy Barreras dijo que el país no puede girar alrededor de escándalos
Barreras afirmó que todas las fuerzas políticas y el Gobierno deben dedicarse a cumplir las promesas de cambio.
Aunque el presidente del Congreso, Roy Barreras, considera que deben ser las autoridades las que determinen si existen o no conductas delictivas en el caso del diputado Nicolás Petro, el dirigente político cree que el país no puede seguir de escándalo en escándalo.
Barreras afirmó que todas las fuerzas políticas y el Gobierno deben dedicarse a cumplir las promesas de cambio y concentrarse en sacar adelante las reformas que se le prometieron a los colombianos.
“Nada tienen que ver los escándalos o señalamientos, o denuncias contra familiares o allegados a al Ejecutivo con el trámite de las reformas”, manifestó.
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Añadió que “Colombia no puede avanzar de salto en salto, de escándalo en escándalo y de crisis en crisis que no le sirven a nadie, sino que hay que concentrarse en la aprobación de las reformas sociales que son el verdadero cambio para cumplirle a los colombianos”.
El presidente del Senado hizo un llamado a los sectores políticos para que rodeen a las instituciones, empezando por el presidente de la República, para que las promesas de cambio puedan salir adelante.
“Mi llamado a los partidos de gobierno es a que blindemos las instituciones, que es blindar el Gobierno del jefe del Estado, que es blindar la Fuerza Pública, es blindar las cortes, los fallos de las cortes, respaldarlos y respetarlos, blindar al Congreso que es el que aprueba las reformas”, indicó.
Propiamente sobre Nicolás Petro, Barreras considera que deben ser las autoridades las que tomen las determinaciones, al igual que Colombia Humana, que fue el partido que lo avaló en su momento cuando fue candidato a la Gobernación del Atlántico.
Secuestro policías en Caquetá
El presidente del Senado también se mostró indignado por lo ocurrido con los policías que fueron secuestrados por la guardia campesina en el departamento del Caquetá y dijo que los uniformados fueron “humillados”.
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“Lo que ocurrió en el Caquetá fue una humillación para la fuerza pública y cuando se humilla a la Fuerza Pública se humilla al Estado de Derecho, se humillan las instituciones, el secuestro de esos miembros de la Fuerza Pública, aunque haya durado solo unas horas, implica el sometimiento de la legitimidad a una fuerza ilegal que no tiene ningún respaldo constitucional”, sostuvo.
Celebró que el Gobierno nacional haya descalificado los intentos de los campesinos de tomar justicia por mano propia, porque eso sería reemplazar el Estado Social de Derecho.