La incidencia de Santos en la región: política, paz y vecinos
Aunque son muchos los desafíos por la dinámica política regional, Colombia es uno de los más destacados en América Latina.
El gobierno de Juan Manuel Santos, que termina este 7 de agosto, durante 8 años marcó una agenda importante en América Latina encaminada al tema de la seguridad y la estabilidad en la región.
Para llevar a cabo esta estrategia desarrolló una negociación de paz con la guerrilla de las Farc, la más antigua del hemisferio, y logró firmar la paz. De paso, le otorgó a Santos el Nobel de Paz en 2016.
La directora del programa Latinoamericano del Centro de Estudios Wilson Center, Cynthia Arnson, destacó que la paz en la región no solo beneficia a un país específico, sino que lo hace con toda América Latina.
“Deja una gran lección para el hemisferio que tiene que ver con la posibilidad de negociar la paz con un grupo guerrillero. En la mayoría del hemisferio hay una evaluación positiva de haber apostado a una negociación para terminar una guerra, que era realmente la única insurrección armada que había quedado en la región”, resaltó Arnson.
El investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, Carlos Malamud, señaló que el mundo aplaudió el pacto de paz que terminó con una rebelión armada de más medio siglo que “evidentemente tiene importantes consecuencias no solo para Colombia”.
Sin embargo, el nuevo gobierno de Iván Duque genera incertidumbre sobre el futuro de ese proceso, sobre todo en aquellos países que han aportado dinero para la consolidación del proceso.
“Algunos actores de la comunidad internacional se involucraron de una forma clara en el proceso de paz y por lo tanto una vuelta atrás sería vista con escaso entusiasmo. Es el caso de la Unión Europea y los que apostaron de forma decidida por el mismo”, dijo Malamud desde Madrid, España.
La guerrilla se desmovilizó para participar en la vida democrática de Colombia. De ser las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (las Farc), pasaron a ser el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (la Farc).
Sus iníciales no cambiaron, pero algo crucial sí: la guerrilla que llegó a ser la más poderosa en América Latina se transformó y sus exintegrantes dejaron las armas. Por primera vez acudieron a las urnas e hicieron campaña política.
Relaciones con los vecinos
A lo largo de su mandato de ocho años, Santos pasó de recomponer a prácticamente congelar las relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, garante del pacto de paz con la ya disuelta guerrilla de las Farc y de las negociaciones en curso con los del ELN.
Un ejemplo de esto es la falta de nombramiento de embajador en Caracas por parte del Gobierno colombiano que además ha intentado buscar, sin éxito, una solución a la crisis migratoria.
"El reto más importante es la crisis política, económica, humanitaria por el colapso de Venezuela. Esto está causando flujo de inmigrantes que hasta ahora Colombia no ha sido capaz de responder con los recursos necesarios de la comunidad internacional. Esto va a continuar, los números se van a incrementar, pero no solo es desafío para Colombia, lo es para toda la región", resaltó la directora para América Latina del Wilson Center.
Incluso el presidente Juan Manuel Santos hoy espera que el régimen de Nicolás Maduro "caiga lo más pronto posible en Venezuela", pese a que agradeció su ayuda en los exitosos diálogos con las Farc.
También se normalizaron las relaciones con Ecuador, en comparación con la difícil y tensa relación del 2010 cuando el presidente Rafael Correa, únicamente enturbiadas por la presencia de disidencias de las Farc en la zona de frontera. Algo similar a lo que ocurre en zona fronteriza con Perú.
Ingreso a la OTAN
Los socios globales de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) "desarrollan cooperación con la OTAN en áreas de interés mutuo, incluidos los desafíos de seguridad emergentes, y algunos contribuyen activamente a las operaciones de la OTAN, ya sea militarmente o de alguna otra manera", indica la organización en su página web en la que ya aparece reflejada la adhesión de Colombia.
Otros ocho países forman parte de esta misma categoría: Afganistán, Australia, Irak, Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán.
Y Colombia ingresó a este organismo en calidad de subsocio con el objetivo de permitir a los Estados miembros cooperar en el campo de la defensa y la seguridad, “y realizar juntos operaciones multinacionales de gestión de crisis”.
Colombia también deja una relación con Estados Unidos en primera categoría, porque es una relación de muy alto nivel en lo político, en lo económico, en lo estratégico y lo multilateral.
Esto quiere decir que en este momento Colombia se ha convertido en el principal aliado estratégico de los Estados Unidos en América Latina.
Para el nuevo presidente Iván Duque, vendrán grandes retos, tendrá la oportunidad de redefinir las relaciones con la comunidad internacional. Sin embargo, con el aumento en la producción de coca en Colombia, las relaciones por ejemplo con Estados Unidos podrían ser tensas.
Además, con Duque se podría prever que la relación con Venezuela será más tensa de lo que ya está, especialmente por la crisis migratoria.