Bogotá bajó 16 puestos en el índice de ciudades inteligentes

Se finalizó este fin de semana el Smart City Expo 2023, donde lo mejor de la industria se centró en los avances para las ciudades inteligentes, con el apoyo de la tecnología y una de las revoluciones, la Inteligencia Artificial, la cual está marcando la pauta para mejorar la calidad de vida en las ciudades. 

Precisamente, se conoció el escalafón de ciudades inteligentes, donde Bogotá bajó 16 puestos a causa de la brecha digital dentro del sector de la infraestructura, la ineficiencia y mal manejo de los recursos públicos.

Bogotá pasó del puesto 113 al 129 en el índice SmartCity cayendo 16 puestos en sólo dos años. 

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“No hay ciudades inteligentes sin diseños inteligentes, construcciones inteligentes, mantenimientos y supervisión inteligentes. Debemos pasar del libro de obra manual y la planeación y seguimientos obsoletos a las obras a adoptar la tecnología ya existente en el mundo entero que permite una proyección de tiempos y costos exactos, lo que arrojaría un ahorro inmediato, por ejemplo, en dineros públicos y un seguimiento en tiempo real a todo el proyecto en cualquier momento y desde cualquier lugar”, Alejando Gamboa, director de MABTEC. 

Bogotá al parecer se quedó rezagada en temas de tecnología e innovación, perdiendo la oportunidad de avanzar y crecer a la par de ciudades que están enfocadas a construir haciendo uso de las herramientas tecnológicas que hoy están disponibles. 

"Todo proyecto para ser inteligente debe tener la capacidad de conocer en tiempo real los cambios que en el ocurren, sin eso no podemos estar hablando de ninguna manera de ciudades inteligentes y en ese sentido Bogotá como capital del país no está alineada con los estándares internacionales que se requieren para afirmar que vamos por buen camino”,  advirtió Alejandro Gamboa.

Precisamente, la Contraloría General de la República encontró que en el país hay más de 1.300 obras que constituyen elefantes blancos, es decir obras abandonadas en los que se gastaron cuantiosos recursos públicos, pero que se quedaron a medio camino o que no son útiles por la ineficiencia de su gestión, por mala administración o por corrupción y que cuestan más de 20 billones de pesos; Plata pública perdida en proyectos, la gran mayoría para el sector de agua potable y saneamiento básico y colegios. 

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“Lo triste de este panorama es saber que esta planeación eficiente, control en tiempo real y mantenimiento oportuno se puede obtener de manera muy fácil y económica por parte de las entidades que concentran las obras públicas, adquiriendo la tecnología adecuada y moderna para lograrlo, pero pareciera que las entidades quisieran seguir acumulando elefantes blancos a su gestión”,  enfatizó Alejandro Gamboa.

La industria de la construcción enfrenta actualmente desafíos importantes como la incertidumbre en los costos finales y la inestabilidad del cronograma de entrega de los proyectos de construcción tanto públicos como privados, sobre todo, hay una clara necesidad de implementar procesos que sean transparentes y auditables. Todos estos aspectos solo se pueden subsanar con un mecanismo de planeación y control eficiente y esto lo permite de manera fácil, rápida y económica la tecnología BIM.