A ladrón de bicicletas lo salvó un militar de ser linchado en Bogotá
El sujeto suplicaba a sus víctimas no ser golpeado.
Vergüenza y pánico son las sensaciones que reflejan el rostro de un supuesto ladrón de bicicletas en Bogotá que se salvó de ser linchado por varios ciudadanos gracias a la oportuna intervención de un par de militares. Los uniformados terminaron defendiéndolo ante la cólera de algunos miembros de la comunidad, que intentan agredir al sujeto por la indignación producida por el robo.
A lo largo del camino, desde lugar donde fue capturado, hasta un CAI donde lo llevaban para ser detenido y procesado, el supuesto ladrón, vestido de overol azul, camiseta negra y tenis oscuros, recibe constantes amenazas e improperios, principalmente por parte de un hombre vestido de negro, quien posiblemente habría sido la víctima del atraco.
En una parte del video, el cual ya se ha hecho viral en las redes sociales, la supuesta víctima encara al ladrón, mientras otro sujeto vestido de color gris, se hace detrás de la espalda del sospechoso y le asesta un fuerte golpe en el rostro, entonces, el sujeto empieza a suplicar a la gente “ya, ya”.
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Después, aparece un tercer personaje que llega corriendo al lugar para agredir al hombre con un alicate, pero que es detenido a tiempo por los policías. El resto del trayecto, en el cual el individuo se ve cabizbajo, mirando a un punto vacío del horizonte y secándose la frente constantemente por el sudor que el miedo le produce, se puede observar cómo recibe un rodillazo y luego un fuerte golpe con una maleta.
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En la opinión pública, las perspectivas frente al hecho se tornaron polarizadas. Algunas personas legitiman las agresiones diciendo que el sujeto merecía castigo, inclusive que debía ser agredido de maneras más violentas, por “ladrón, rata y hampón”.
Sin embargo, para otros este video es muestra de la salvaje condición humana. “Como son civiles pueden golpear a quien quieran, pero si fuera un Policía, ahí si estaría mal visto”, comentó un usuario, que fue apoyado por comentarios que invitaban más a la empatía y al diálogo y afirmaban que, sería suficiente con que el hombre fuera judicializado.
Finalmente, después de la difícil travesía el presunto criminal es escondido en un CAI, en el cual las autoridades policiales lo introducen rápidamente. La presunta víctima afirma en ese momento que va a interponer la respectiva denuncia contra el sujeto. “¿Se va también a robar el batallón?, fue lo último que le preguntó al supuesto ladrón, antes de que se perdiera en el interior del CAI.