Alerta en Buenaventura por presuntos enfrentamientos entre grupos ilegales

Un territorio que fue entregado de manera colectiva a las comunidades negras del Consejo Comunitario del Río Raposo, está en riesgo de convertirse en escenario de enfrentamientos entre la denominada columna Jaime Martínez, una disidencia de la extinta guerrilla de las Farc y el ELN que hace presencia intermitente.

Es lo que han denunciado las propias comunidades habitantes de la zona, alrededor de 2300 personas pertenecientes a 13 comunidades y que además han indicado son evidentes las amenazas proferidas por el ELN de tomar control especialmente en el Río Raposo, convertido en uno de los principales corredores de transporte para la población civil.

Le puede interesar: Es inminente una nueva tragedia en Bojayá: Paz y Reconciliación 

De acuerdo con lo que han denunciado los habitantes, desde el pasado 2 de enero se han venido dando movimientos de los mismos integrantes de los grupos ilegales que estarían tomando posiciones estratégicas para el desarrollo de enfrentamientos.

De llegarse a dar estos contactos armados en el mismo lugar en el que, según la misma comunidad, no hace presencia la fuerza pública, pondría en grave riesgo, no solo la movilidad, sino además la integridad de los 2300 habitantes en su mayoría niños y adultos mayores.

En contexto: 'El problema de Bojayá no se resuelve solo con el Ejército': alcalde

Por tanto, se ha pedido que haya una presencia estatal permanente para evitar que los grupos ilegales mantengan el control de las zonas apartadas y de esa forma permitir la transitabilidad, la seguridad y la vida de los habitantes de estas regiones, especialmente en las zonas rurales del sur de Buenaventura.

Dicha alerta, emitida desde la región, se suma a las que han emitido organismos como la Defensoría del Pueblo sobre la situación de confinamiento y amenaza de enfrentamientos en el municipio de Bojayá, departamento del Chocó y los anuncios que han sido reiterativos por parte de líderes sociales en el Bajo San Juan y el Bajo Calima en Buenaventura, Valle del Cauca y en el Litoral San Juan, también en el Chocó.