Copa América 2024: este es el impacto psicológico en los aficionados colombianos
¿Qué consecuencias psicológicas pueden surgir por las intensas emociones durante los partidos? Expertos explican.
Durante julio, la Selección Colombia ha avivado el fervor y la ilusión de los colombianos, alimentando la esperanza de que, después de 23 años, pueda alzarse nuevamente con el título de la Copa América.
Este hecho ha resonado en todos los estratos de la sociedad. Incluso aquellos que no son seguidores o entendidos del fútbol, muestran su patriotismo apoyando a la Tricolor, anhelando que se convierta en el nuevo campeón del torneo.
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Desde el inicio de la Copa América, las emociones han sido una montaña rusa debido a los emocionantes partidos disputados. Por ello, es pertinente preguntarse qué sucede cuando las emociones intensas predominan y si pueden surgir consecuencias psicológicas a partir de esto.
Andrés Mauricio Novoa Castellanos, representante del Campo Psicología del Deporte y el Ejercicio para el Capítulo Bogotá y Cundinamarca del Colegio Colombiano de Psicólogos - Colpsic, afirma que “durante un partido de fútbol, los aficionados pueden experimentar diversas emociones dependiendo de lo que suceda en el juego, pudiendo oscilar entre la alegría y la ira, o de la ansiedad a la frustración”.
Además, sostiene que las emociones pueden intensificarse aún más en momentos cruciales como las semifinales o finales, donde “se pueden experimentar altos grados de efusividad y liberación al estar más cerca de conseguir el título o haberlo logrado”.
No obstante, cada individuo tendrá reacciones distintas. Según Novoa, “los comportamientos dependen del repertorio conductual (historia de aprendizaje) que tenga la persona para expresar estas emociones, así como las estrategias de afrontamiento que tenga para expresar la euforia y el modelado que haya tenido en su historia”.
Las reacciones también están muy relacionadas con las personas y su vínculo con el deporte. Aquellos que lo viven más intensamente tendrán reacciones más fuertes que aquellos que lo disfrutan de otra manera, así como compartirlo con familia, amigos y colegas.
“La respuesta dependerá de la conexión que sienta la persona con el deporte y el equipo. Es natural que experimente emociones displacenteras como la tristeza, la rabia y la frustración, que irán disminuyendo con el paso de los días. Sobre todo, entendiendo que en el fútbol los equipos juegan partidos constantemente y se puede pasar de la tristeza de la derrota de un partido a la alegría de la victoria en el siguiente”, añade el experto.
En cuanto a las sensaciones de frustración o tristeza, las reacciones emocionales son variadas. Novoa explica que “dependerá de cómo la persona expresa la emoción y de su contexto; sin embargo, pueden predominar reacciones como llanto de felicidad, saltos, gritos efusivos, siendo la felicidad, la alegría y la efusividad las emociones predominantes ante la victoria de su equipo”.
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Para manejar estas emociones, el experto aconseja: se debe entender que el deporte es un juego que implica que hay un ganador y un perdedor y siempre habrá una nueva competencia. Además, es importante reconocer el rol de espectador de los aficionados, entendiendo que el alto grado de afectación será para los deportistas.
También es recomendable tener otros espacios de ocio y esparcimiento, cuidar el tiempo que se le dedica a la actividad, con quién se comparte y se disfruta, entendiendo que hay más roles y espacios en la vida cotidiana.
Finalmente, concluye que no se conocen afectaciones emocionales a largo plazo en cuanto a las reacciones frente al fútbol.
“Probablemente no existan efectos a largo plazo en la salud emocional, entendiendo que las emociones son temporales y que en el deporte existen competencias seguidas en las cuales los estados de ánimo variarán dependiendo del resultado”.