Hidroituango: seis meses del colapso y la emergencia que asustó al país
El mayor desafío que enfrenta la megaobra es recuperar el cuarto de máquinas, sitio clave para que entre en funcionamiento.
Ya pasaron seis meses desde que, el 28 de abril de 2018, se presentó un derrumbe que afectó el tercer túnel de la represa de Hidroituango, que había sido construido para permitir el paso de las aguas del río Cauca.
Este primer incidente marcó el cronograma de una serie de desafortunados sucesos, que ocasionaron el colapsó de la obra considerada una de la más grandes en la ingeniería colombiana y que estuvo a punto de causar una tragedia en las poblaciones aledañas.
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RCN Radio/La FM estuvo en el corazón de la hidroeléctrica donde se trabaja arduamente en seis frentes: robustecimiento de los enrocados y el núcleo de la presa, casa de máquinas, galerías intermedias y de desviación, cierre del túnel de desviación, el macizo o parte alta del talud de la plazoleta de compuertas y el túnel vial.
ABC del colapso de la represa
En el año 2014 para construir la presa, que suministrará el 17 por ciento de la energía que Colombia requiere, Empresas Públicas de Medellín (EPM, dueña de la obra y principal socio junto con la Gobernación de Antioquia) desvió el río Cauca, para lo cual usaron dos túneles, cada uno con un diámetro de 14 metros.
Antes de empezar el llenado de la presa, a comienzos del 2018, los ingenieros de la obra sellaron uno de los túneles de desviación y al otro le pusieron un tapón a la espera del sellado definitivo.
Mientras tanto 200 metros aguas arriba, por un tercer túnel era desviado el río Cauca. Pero un imprevisto lo cambió todo: el 28 de abril se presentó un derrumbe que causó la primera emergencia en este túnel. Y luego otros dos (el último fue el 7 de mayo), que taponaron el paso del agua.
Al estar sellados los túneles, las aguas del río Cauca se represaron y amenazaron con la ruptura de la represa, lo que hubiera significado una tragedia sin dimensiones que hubiera podido arrasar las poblaciones río abajo, como Valdivía, Nechí y Puerto Nare, entre otras.
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De inmediato se utilizaron explosivos para destapar los túneles que habían sido sellados, en un pulso contra reloj ya que las aguas crecían por el invierno. Ante la premura, EPM ordenó inundar la casa de máquinas para evacuar las aguas, una decisión arriesgada por cuanto implicaba daños y retraso de la obra, con pérdidas millonarias.
La sala de máquinas es el corazón de una represa. Allí están las turbinas que transforman el movimiento de agua en energía eléctrica; sin embargo la sala de máquinas de Hidroituango no estaba terminada todavía y su inundación implicaba graves daños y la posibilidad de que la obra fracase si no es recuperado este lugar.
Aunque una inspección reciente con una cámara de video mostró que no había grandes averías, lo que revivió las esperanzas en la viabilidad de este proyecto que generará una gran parte de la energía que necesita el país.
El 12 de mayo el tercer túnel se destapó y las aguas salieron con fuerza aumentando desmesuradamente el caudal del río Cauca, ya que por la sala de maquinas estaba evacuándose una parte.
La creciente del río causó estragos en Puerto Valdivia, lo que obligó a la evacuación de este corregimiento y declarar la alerta roja en poblaciones ribereñas.
Horas después, el túnel se volvió a taponar y el agua se represó lo que obligó a intensificar los trabajos para subir los muros de la represa y evitar el desbordamiento del río. Por fortuna la emergencia fue controlada y se evitó una tragedia.
Estado actual de las obras en HidroItuango
Jorge Londoño, gerente de la EPM, dijo que fundamentalmente se están consolidando los dos puntos estratégicos que pudieran ocasionar algún riesgo a las comunidades, robusteciendo la presa y taponando los túneles.
“Estamos a la espera que se intensifiquen las lluvias para poder sacar agua a través del vertedero y hacer el cierre de compuertas y empezar así la recuperación del proyecto”.
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Señaló que la mayor preocupación es la sala de máquinas, de la que depende el éxito o fracaso del proyecto: “indudablemente poder ingresar a sala de máquinas y empezar su proceso de recuperación es el mayor reto que tenemos hacia adelante”.
Acotó que por el momento son optimistas del estado de ese lugar “porque calculamos de manera indirecta que las afectaciones que pueda tener puede ser cercas a un 25 o 30 por ciento, lo que nos permite pensar que es recuperable”.
Inicialmente estaba contemplado que Hidroituango tendría un costo de 11 billones de pesos, pero con el colapso de la represa los costos aumentarán. “Estimamos que puedan ascender a 14 billones de pesos teniendo completamente operativas las 8 unidades de generación de 2400 megavatios”, dijo.
Londoño indicó que esperan tener en operación la primera unidad en el segundo semestre de 2021 y cada 3 o 4 meses entrar en forma paulatina con las demás turbinas.
En las próximas semanas la empresa chilena que fue contratada para establecer las causas de la crisis de HidroItuango deberá entregar un informe que establecerá que fue lo que sucedió, sí hubo fallas humanas que ocasionaron la emergencia y el retraso de la obra, errores en la construcción de la represa, o sí fue la naturaleza el factor principal que causó este colapso.