La Roja, la cerveza con la que excombatientes quieren construir paz

El sitio tiene elementos que buscan recordar desde los inicios del movimiento de las Farc hasta el momento de la firma del Acuerdo de Paz. "Si a uno lo encontraban con una revista de estas años atrás, le podían meter hasta siete años de cárcel", dice Cerón mientras señala los elementos.

También hay un libro impreso escrito por Jacobo Arenas y una obra sobre socialismo de Jorge Eliécer Gaitán, además de un texto de Fernando Botero.

El origen

La cerveza artesanal La Roja es producida en el municipio de Icononzo, Tolima por 20 exguerrilleros de las Farc que utilizan agua extraída directamente la montaña y sometida a un proceso de purificación. A la fórmula se le agrega lúpulo, un elemento esencial que aporta el sabor amargo y el aroma característicos de la cerveza, panela y un tipo de cebada especial que le da el color escarlata que la identifica. 

La Roja

El bar está hecho en buena parte con madera reciclada. Así lo evidencian  los pisos, las mesas y las sillas. La barra tiene diversas alusiones a conceptos filosóficos y, además, una diversa gama de cervezas artesanales, que provienen de muchas regiones del país y que muestran, en sus etiquetas, las imágenes de figuras históricas.

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En el segundo piso del bar hay varios salones que pueden visitar los clientes y donde aparece imponente un cuadro del revolucionario Ruso Vladimir Lenín, además de otro retrato del célebre periodista y humorista Jaime Garzon personificando a Heriberto de la Calle.

Dos caras

Ilich Cerón sabe de negocios: en el pasado fue un microempresario de marroquinería. En aquel tiempo era militante de las Farc, pero no en el monte: se mostraba como hombre normal,  un tipo corriente con familia y amigos: "En realidad nadie sabía que yo quería cambiar el mundo", relata. “Me tocaba inventar un relato paralelo de mi vida para que mi familia no se enterara de mi actividad clandestina”, cuenta.

Por estas razones, no duda en afirmar: “Uno en esto vive del romanticismo y el idealismo de querer cambiar las cosas. Por eso lo más peligroso que existe son las ideas”, detalla. En ese aspecto, Cerón dice que los ideales lo habían cambiado: “Cuando menos me di cuenta, me había convertido en en otra persona”, menciona. 

Finalmente, mientras Cerón cuenta este relato al calor de unas cervezas, planea estrategias para que a través de una 'pola' el pueblo colombiano se dé la oportunidad de conocer a los excombatientes, saber su historia y construir diálogos que permitan encontrar puntos comunes en torno a la paz.