Londres prepara su respuesta a Rusia ante el ultimátum por caso del exespía
Hay llamamientos también a retirar al equipo de Inglaterra del Mundial de Rusia-2018.
Fortalecido por el apoyo firme de Washington, el gobierno británico ultimaba este martes las medidas contra Rusia si ésta no explica antes de medianoche el intento de asesinato de un exespía suyo en suelo inglés.
El gobierno de Theresa May celebrará por la mañana su habitual reunión semanal, que estará dominada por el intento de asesinato del excoronel ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en Salisbury (sudoeste), al que seguirá un encuentro más restringido del gabinete de seguridad Cobra.
Una respuesta rusa insatisfactoria "abriría una panoplia de contramedidas, económicas, financieras, diplomáticas, y luego, obviamente, se habla mucho de las sanciones Magnitsky", dijo a la radio BBC este martes el ministro de Vivienda, Dominic Raab.
Por "sanciones Magnitsky", Raab se refiere a la ley homónima de Estados Unidos, sin equivalente británico, que sanciona a funcionarios extranjeros implicados en abusos a los derechos humanos y que se aprobó para castigar a los responsables de la muerte del contable ruso Serguéi Magnitsky en una cárcel de Moscú, cuando investigaba la corrupción en el Kremlin.
El diario The Times, citando a un funcionario del gobierno sin identificar, habló también de la posibilidad de que Londres lance un ciberataque, por ejemplo diseminando un virus en sistemas informáticos estratégicos rusos.
Hay llamamientos también a retirar al equipo de Inglaterra del Mundial de Rusia-2018, pero de momento el gobierno sólo ha mencionado la posibilidad de que los dignatarios no acudan a la cita.
Rusia, sin embargo, niega cualquier implicación en el atentado, y el lunes tildó de "provocación" las acusaciones británicas.
Un gas que es "una tortura"
May estimó en el Parlamento que es "muy probable" que Rusia esté tras el atentado, basándose en su historial de liquidación de disidentes y antiguos agentes, y en el gas nervioso usado para perpetrarlo, del tipo Novichok, fabricado en laboratorios militares rusos a partir de los años 1970 y más potente que el sarín o el VX.
"Hay sólo dos explicaciones plausibles sobre lo que ocurrió en Salisbury el 4 de marzo: o fue un acto directo del Estado ruso contra nuestro país, o el gobierno ruso perdió control de este agente nervioso potencial y catastróficamente dañino", dijo May a la Cámara de los Comunes.
El científico que reveló el programa de armas químicas ruso, Vil Mirzayanov, que ahora vive en Estados Unidos, dijo que sufrir un ataque con gases Novichok es similar a ser torturado.
"Es una auténtica tortura, es imposible de imaginar. Aún en pequeñas dosis, el dolor puede durar semanas. El horror es inimaginable", explicó al diario británico Daily Mail sobre este gas que paraliza e impide respirar antes de matar.
"Aunque sobrevivan, no se recuperarán", vaticinó el científico ruso en declaraciones al Daily Telegraph.
Además de Skripal y su hija, que están graves, un policía británico que les atendió está hospitalizado, pero su estado es mejor.
May, la ministra del caso Litvinenko
May recibió el apoyo de Estados Unidos y de la OTAN.
"Tenemos confianza total en la investigación de Reino Unido y en su evaluación de que Rusia es el probable responsable del ataque con gas nervioso que ocurrió en Salisbury la semana pasada", aseguró el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.
"Estamos de acuerdo en que los responsables —tanto los que cometieron el crimen como quienes lo ordenaron— deben enfrentar consecuencias graves", añadió.
Se da la circunstancia de que May era ministra de Interior cuando se produjo el asesinato en Londres de Alexander Litvinenko, en 2006, un crimen con una sustancia radioactiva (polonio-210) cometido con el consentimiento de Putin, según las conclusiones de la investigación oficial.
Entonces la respuesta se limitó a la expulsión de varios diplomáticos, la congelación de unos pocos bienes y la suspensión de la cooperación en inteligencia.
Fue una respuesta tildada de tibia por muchos y citada ahora como uno de los factores que explicarían que Rusia se hubiera animado a intentar de nuevo asesinar a un exagente, en este caso uno condenado por alta traición por vender secretos a Londres y canjeado con Occidente en 2010 a cambio de unos espías rusos detenidos en Estados Unidos.
"No se aprendió la lección", lamentó este domingo en la BBC la viuda de Litvinenko, Marina.
Con información de AFP