Quindiana que salió en bicicleta a recorrer el mundo, varada por la COVID-19
Tiene 27 años y ha recorrido más de 3.000 kilómetros.
Una joven quindiana que salió hace año y medio en bicicleta a recorrer el mundo quedó frenada en una población de Perú y aunque está en medio de un desierto, dice que está feliz y que no tiene pensado regresar aún.
Daniella Osorio, se describe como una comunicadora de sueños y cronista quién un día salió de casa, pisó los pedales para buscar historias, y decidió no parar. Tiene 27 años de edad y un entusiasmo sin igual. Entre elementos para sobrevivir, ha arrastrado 50 kilos de peso en su bicicleta, durante más de 3.000 kilómetros y 3 países, hasta que en tierras incas, la detuvo la noticia del coronavirus, pero aún así su motivación está a tope.
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“Llevo lo básico: carpa, ropa, bolsa de dormir, cocina, mi libreta y una cámara. Cuando se anunció la emergencia sanitaria yo me encontraba en Lima pero decidí avanzar un poco más y ahora me encuentro en Chincha, 230 kilómetros al sur de la capital de Perú, en el desierto al lado del océano pacifico”, asegura Daniella.
Al preguntarle: ¿porqué emprendió el viaje en bicicleta?, la quindiana responde: “Decidí salir a viajar el mundo en bici porque se honran los sueños haciendo lo que tenemos que hacer para que sean una realidad. Durante este viaje he encontrado, el amor y la generosidad en todos los campos y en todas las personas”.
Dice que no es la misma que hace 14 meses salió de Armenia, Quindío, Colombia, no solo por su hazaña en bicicleta, sino por lo que ha tenido que observar sobre cómo la humanidad ha tenido que afrontar esta odisea del virus.
Afirma que está muy bien de salud, que una familia la acogió generosamente y eso ha sido importante para ella en todos los sentidos, además que durante este tiempo ha encontrado otras posibilidades auténticas de vivir.
“Estos días de quietud en vez de estar pensando en la siguiente ruta y armando o desarmando la carpa me han servido mucho para poner en orden mis ideas y para todo, menos para contemplar devolverme porque pienso que esta situación hace parte de la incertidumbre misma de viajar y de los retos del camino”, señaló.
Para avanzar en su proyecto de ruta deportiva y ambientalista, esta joven emprendedora está apunto de lanzar su iniciativa de Crowdfunnding o financiamiento colectivo para continuar sustentando su sueño en comunión con un propósito.
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Invitó a la ciudadanía en general a vincularse y a seguirla en lo que ha denominado las rutas Bicioníricas de Ngongorokó en Instagram como @ngongoroko o ingresando a su página web www.ngongoroko.com
Pero su aventura no ha terminado. Solo espera que se levante la cuarentena en el país donde está y los demás de su ruta para seguir pedaleando por Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina y si es posible llegar a la Patagonia y pasar a otros continentes ahora con una mirada diferente frente al mundo, un mundo que según ella también debería aventurarse a pedalear y alcanzar sus sueños a partir de algo tan sencillo como una bicicleta.
Concluyó Daniela: “la bici es ecológica, abre puertas, te lleva a lugares de no fácil acceso, genera felicidad y te mantiene saludable, me permite empujar mis límites físicos y mentales, me conecta con mi ritmo y me enseña la paciencia, le recomendaría a todos aquellos que han soñado con hacer esto, que apenas puedan preparen su bicicleta y emprendan el viaje”.