Revise el ojo del pescado: Conozca algunos tips para evitar una intoxicación

En Semana Santa aumenta la comercialización y consumo de pescado en Bogotá por lo que, a continuación, le compartimos una serie de recomendaciones de cuidado a tener en cuenta en el momento de seleccionar este producto, identificar su calidad y así evitar intoxicaciones.

¿Cómo identificar un pescado de buena calidad?

La primera recomendación es comprar pescado y sus derivados en lugares autorizados, que cumplan con las normas de bioseguridad y en donde se almacene de manera correcta el producto.

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Ojo con el pescado congelado

Si compra pescado congelado, revise el empaque, los rótulos y que la fecha de vencimiento no haya caducado. Así mismo, revise que el producto esté completamente congelado y al tacto se sienta duro, por lo que si se siente blando, es un indicio de que la cadena de almacenamiento y frío no es la correcta.

Recuerde, una vez descongelado el producto debe consumirlo de manera inmediata, no lo vuelva a congelar porque la cadena de frío ya se rompió y esto facilita el crecimiento de bacterias y acelera el proceso de descomposición.

Elige bien el pescado fresco

Si prefiere comprar pescado fresco revise que las agallas se vean de color rojo brillante y húmedo; los ojos del pescado deben estar sobresalientes, limpios y de aspecto brillante o transparente. A su vez, verifique que la carne esté firme y que al oprimirla no se hunda y el olor debe ser el característico del pescado fresco, si huele mal o nauseabundo evita comprarlo. 

Características de un buen pescado seco 

La Secretaría de Salud recomendó que se fije en la consistencia del pescado seco, es decir, la carne debe ser firme, tener un color amarillo uniforme, sin presencia de manchas rojas o verdes y que el olor no sea demasiado fuerte.

Revise que en el lugar donde compre el pescado seco, este se encuentre empacado y conservado a temperatura ambiente. 

Enlatados y derivados de la pesca

El pescado enlatado y otros productos derivados de la pesca deben estar en buenas condiciones, que la lata no esté oxidada, sumida o golpeada; revisa que no tenga enmendaduras, tachones y que la fecha de vencimiento sea visible. Cada lata debe tener un número de registro sanitario y todas las recomendaciones de consumo del producto deben ser visibles. 

En el momento de destapar el producto, verifique que el olor no sea extraño o que expida algún tipo de gas, si la consistencia es de aspecto desleído o tiene mal aspecto o color, evita su consumo. 

Si no va a consumir todo el producto de la lata, es recomendable que almacene lo que sobra en un recipiente y lo almacenes en el refrigerador (el atún enlatado es una buena opción de alimentación, sin embargo la Secretaría de Salud recomiendó no consumir más de una porción por semana, debido a la cantidad de mercurio que contiene; su exceso no es benéfico para la salud).