Gabriel García Márquez estaba en quiebra antes de ‘Cien años de soledad’: así fue como la novela lo salvó
García Márquez y Mercedes enfrentaron penurias económicas mientras creaban Cien años de soledad, obra que marcó la literatura mundial.
Gabriel García Márquez, uno de los más grandes exponentes de la literatura latinoamericana y ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982, compartió en una entrevista con Germán Castro Caycedo para RTI en 1976 las dificultades económicas que enfrentó junto a su esposa, Mercedes Barcha, durante la escritura de ‘Cien años de soledad’. La obra, que fue escrita durante dieciocho intensos meses entre 1965 y 1966 en Ciudad de México, se publicó por primera vez a mediados de 1967 en Buenos Aires, bajo el sello editorial Sudamericana.
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En sus propias palabras, García Márquez describió aquel período como “una época que no era fácil porque no teníamos dinero, pero en cambio era muy buena porque estaba escribiendo como un tren, que es lo mejor que le puede suceder a un escritor”. El proceso de creación de la obra, considerada una joya de la literatura universal, no estuvo exento de sacrificios. Sin embargo, el escritor nunca perdió la confianza en su trabajo.
El relato de García Márquez está impregnado de anécdotas que reflejan el profundo compromiso de la pareja con la novela. El escritor recordó cómo Mercedes se convirtió en un pilar fundamental para que la obra pudiera llegar a buen término. “Le dije a Mercedes, ‘¿Tú te haces cargo de este asunto?’ y ella, por supuesto, no lo pensó dos veces”, contó el autor. La pareja afrontó situaciones límite, como la falta de dinero para cubrir sus gastos básicos y, finalmente, para enviar el manuscrito a la editorial en Argentina.
“Cuando terminamos la novela, Mercedes y yo fuimos al correo con las 700 páginas. Las pesaron y dijeron que costaba 83 pesos de México a Argentina. Mercedes respondió: ‘No tengo sino 45’”, relató García Márquez con humor y nostalgia. La solución, aunque inusual, fue ingeniosa: “Corté el libro como quien corta carne, lo envolví y mandamos la primera mitad”.
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El sacrificio detrás de una obra maestra
La situación no mejoró inmediatamente y la pareja tuvo que desprenderse de los últimos objetos que poseían. “Mercedes sacó lo último que faltaba por empeñar: el calentador que usaba para escribir, el secador de cabello y la batidora con la que hacía jugos de frutas a los niños”, confesó el autor. Con el dinero obtenido, lograron enviar la segunda mitad del manuscrito al correo.
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A pesar de las carencias, García Márquez no perdió el sentido del humor ni la lucidez para captar el temple inquebrantable de Mercedes. “Cuando salimos del correo, Mercedes estaba verde de ‘encabronamiento’ y me dijo: ‘Ahora lo único que falta es que esta novela sea mala’”.
La dedicación y el sacrificio de aquellos meses no fueron en vano. ‘Cien años de soledad’ no solo se convirtió en una de las obras más importantes del siglo XX, sino que catapultó a Gabriel García Márquez al reconocimiento mundial. La novela, que narra la historia de la familia Buendía en el mítico pueblo de Macondo, se transformó en un símbolo del realismo mágico y en un referente indiscutible de la literatura hispanoamericana.
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El éxito de ‘Cien años de soledad’ fue tal que, en 1982, apenas quince años después de su publicación, García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura. En su discurso de aceptación, destacó el poder de la narrativa latinoamericana y su capacidad para reflejar la complejidad y la belleza del continente.