Detienen empleados de hospital en Ruanda tras hallazgo de una fosa común con víctimas de genocidio
Entre los funcionarios arrestados se encuentra Gerard Urayeneza, el director general del centro médico.
La prensa internacional ha informado que las autoridades de Ruanda, país ubicado en África Oriental, arrestaron a ocho trabajadores de un hospital, tras haberse descubierto la ubicación de una fosa común con los cuerpos de personas que habrían sido asesinadas durante un genocidio que se presentó en esa zona en 1994.
De acuerdo con el reporte emitido por la Oficina de Investigación de Ruanda, los detenidos eran empleados del Hospital Gitwe, ubicado en la zona de Ruhango. Entre los funcionarios arrestados se encuentra Gerard Urayeneza, el director general del centro médico.
Por otra parte, el periódico ruandés 'The New Times' ha dicho que los detenidos son sospechosos de ocultar información vinculada a las las víctimas del genocidio que ocurrió años atrás.
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Según medios europeos, dicho genocidio se produjo después de que se derribara el avión que transportaba el entonces presidente, Habyarimana Juvenal, quien pertenecía a la etnia hutu. Esta situación desató un conflicto entre las étnicas de Ruanda, que causaron una serie de asesinatos que dejaron como saldo 800.000 víctimas.
Cabe destacar que hace un par de semanas la corte de apelaciones de París emitió un fallo favorable a la entrega de Félicien Kabuga, sospechoso de ser el tesorero del genocidio en Ruanda, a un tribunal de la ONU, tras permanecer prófugo 25 años.
Félicien Kabuga, de 84 años según la orden de detención, 87 según él, se presentó ante la corte en una silla de ruedas y permaneció impasible ante la decisión.
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"Esperaba esta decisión, estamos en un contexto extremadamente político", dijo Laurent Bayon, uno de sus abogados, a la prensa. Y anunció que recurrirá al Tribunal de Casación, que tendrá dos meses para dar su veredicto, antes de la entrega al MTPI en un plazo de otro mes.
El octogenario, que durante mucho tiempo fue uno de los fugitivos más buscados del mundo, alega su estado de salud y el temor a una justicia parcial para rechazar su traslado a Arusha, en Tanzania, sede del tribunal de la ONU que debería juzgarle por genocidio y crímenes contra la humanidad.