Duras críticas a Boris Johnson por nombrar a gestora sanitaria sin experiencia
Recuerdan nefasta gestión de Dido Harding a cargo del sistema de rastreo de contagios por COVID-19.
El Gobierno de Boris Johnson afronta este miércoles duras críticas por el nombramiento de la baronesa Dido Harding como directora de la nueva agencia sanitaria del Reino Unido debido, según sus detractores, a su nefasta gestión del sistema de rastreo de contagios por COVID-19 y su nula experiencia en el ámbito de la salud pública.
Harding será la encargada de dirigir, de forma temporal, la nueva entidad bautizada como Instituto Nacional para la Protección de la Salud (NIHP), que reemplazará a la actual Agencia de Salud Pública de Inglaterra, según anunció el ministro de Sanidad, Matt Hancock.
El titular de este departamento defendió el nombramiento aludiendo a la "excelente experiencia" de Harding dirigiendo "organizaciones muy grandes".
Hancock dijo que el instituto sanitario, que comenzará a operar hoy y reportará directamente a él, tendrá una "misión única e implacable: proteger a la ciudadanía de las amenazas externas a la salud de este país, como armas biológicas, pandemias y enfermedades infecciosas de todo tipo".
La oposición, sin embargo, ha criticado el nombramiento en base a la reciente trayectoria de Harding, quien estuvo al frente del programa de rastreo de contagios que el Ejecutivo conservador implementó para tratar de frenar la expansión del virus.
El programa, que costó 10.000 millones de libras (11.000 millones de euros), fue presentado como un sistema "innovador a nivel mundial", pero, en sus inicios fue un fiasco, ya que los rastreadores, muchos de ellos sin formación ni experiencia previa, llegaban a contactar solo a aproximadamente la mitad de las personas que daban positivo por COVID-19.
El sistema para la contención de la enfermedad se basó también en la aplicación móvil "Test and Trace" que debía servir para poner sobre aviso de los casos detectados.
El Gobierno se comprometió a tener la aplicación a pleno rendimiento para el mes de junio, pero los fallos técnicos y la poca confianza que suscitaba entre la población, debido a las dudas sobre su respeto a la privacidad, le llevaron a desecharla y optar por el sistema desarrollado por Google y Apple, lo que implica que no estará lista, al menos, hasta el invierno.
Harding, que recibe un salario de entre 25.000 y 30.000 libras (28.000-33.000 euros) al año de NHS Improvements, un organismo público ligado al servicio nacional de salud, no percibirá ninguna remuneración por gestionar la nueva agencia sanitaria, apuntó la prensa local.
En su etapa anterior, Harding fue directora ejecutiva del gigante de las telecomunicaciones Talk Talk, cuando se produjo uno de los peores robos de información del Reino Unido, en que fueron interceptados los datos bancarios de unos 157.000 clientes.