Estados Unidos y Talibanes buscan poner fin a la guerra en Afganistán
45.000 efectivos de las fuerzas afganas han muerto desde septiembre de 2014.
Estados Unidos y los talibanes dijeron el sábado haber logrado "significativos avances" en las negociaciones para poner fin a la guerra de 17 años en Afganistán, aunque aún restan asuntos importantes por acordar.
El representante de Estados Unidos para la reconciliación afgana, Zalmay Jalilzad, dijo en Twitter que "las reuniones aquí han sido más productivas que en el pasado. Hemos hecho un significativo avance en temas vitales", tras seis días de conversaciones en Catar con los talibanes.
Designado por el gobierno de Donald Trump para buscar una salida al conflicto, Jalilzad indicó que viajaba a Kabul para discutir el avance de las negociaciones.
"Aprovecharemos el impulso y pronto reanudaremos las conversaciones. Tenemos una serie de asuntos en los que debemos trabajar", agregó.
"Nada está acordado hasta que todo está acordado, y 'todo' debe incluir un diálogo intra-afgano y un cese al fuego exhaustivo", indicó el emisario.
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Aunque no dio mayores detalles, las propuestas incluirían una retirada de las tropas de Estados Unidos contra garantías de los talibanes de que no darán refugio a extremistas extranjeros, que constituye la razón inicial de la intervención estadounidense.
El presidente Donald Trump se ha mostrado deseoso de poner fin a la guerra lanzada poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, y ya dijo que retirará a la mitad de los 14.000 efectivos estadounidenses desplegados en Afganistán.
El portavoz talibán Zabiullah Mujahid dijo que mientras ha habido "progreso" en los encuentros, los informes sobre un acuerdo de cese al fuego y conversaciones con Kabul "no son ciertos".
"Como los temas son de naturaleza crítica y de discusiones exhaustivas, se decidió que las conversaciones sobre punto no resueltos se reanuden en reuniones futuras similares", indicó en un comunicado.
Pero un alto comandante se mostró optimista tras las conversaciones con Jalilzad, nacido en Afganistán y quien desempeñó papeles clave en el antiguo gobierno de George W. Bush (2001-2009).
"Estados Unidos aceptó muchas de nuestras demandas y ambas partes están de acuerdo en muchos puntos importantes, aunque algunos temas están aún bajo discusión", dijo el comandante talibán bajo condición de anonimato, vía telefónica desde Pakistán.
"Estamos avanzando y se han hecho muchos avances hasta ahora", indicó.
"Se están realizando esfuerzos para encontrar un terreno común para resolver los asuntos aún en disputa. El gobierno afgano es uno de ellos", agregó.
En el pasado, los talibanes se han negado a tratar con el gobierno de Ashraf Ghani, reconocido internacionalmente.
Abdulá Abdulá, el primer ministro de facto en Afganistán, recientemente manifestó su frustración por la exclusión que hacían los talibanes del gobierno de Kabul.
Las autoridades afganas han hecho frente a ello señalando que Kabul ya se ha hecho cargo de la seguridad.
Ghani dijo el jueves que 45.000 efectivos de las fuerzas de seguridad afganas han muerto desde septiembre de 2014, una impactante cifra de más de 28 muertos por día.
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El mandatario se presenta a la reelección en julio, cuando podría darse un pico en la lucha de los talibanes, a menos que se alcance un cese al fuego.
La extensión y la aparente amplitud de las conversaciones no tienen precedentes, lo que indica que tanto Estados Unidos como los talibanes ven un camino de salida.
Como muestra de seriedad, los talibanes designaron a Mulá Abdul Ghani Baradar, un co fundador de la línea dura del movimiento Islámico como su negociador con Estados Unidos en Catar.
Baradar fue arrestado en 2010 en Pakistán pero liberado en octubre, cuando Washington puso énfasis en la diplomacia. Fue considerado el número dos del jefe Mulá Omar, quien falleció en 2013.
Joe Cirincione, presidente del Ploughshares Fund, una fundación estadounidense que promueve la paz, dijo que el retorno de Baradar revela la arrogancia de la guerra, al recordar que había ofrecido su rendición poco después de los atentados del 11 de septiembre.
"La administración Bush se negó. Querían derrotar a los talibanes, no negociar. Ahora, está de regreso para llegar a un acuerdo, y va a obtener muchísimo más", dijo Cirincione en Twitter.