Extradición de Julian Assange: EE.UU. cuestiona a Justicia británica
El Gobierno de Estados Unidos dice que brindó garantías para propiciar la entrega del fundador de WikiLeaks.
Estados Unidos sostuvo este miércoles que la Justicia británica "erró" en varios aspectos al denegar en enero, por riesgo de suicidio, la extradición de Julian Assange, al que acusa de 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal WikiLeaks, al comenzar a estudiarse en el Tribunal Superior de Londres un recurso de Washington.
Al recurrir ese dictamen ante el Tribunal Superior de Londres, el fiscal británico James Lewis, en representación de la Justicia estadounidense, ofreció además "garantías diplomáticas" de que, si fuera procesado en EE.UU., el periodista, que sufre depresión y otras dolencias, no sería sometido a un régimen penitenciario extremo y contaría con un tratamiento médico adecuado.
La fiscalía centró la jornada de hoy ante el Superior, mientras que el jueves completará sus alegatos la defensa, tras lo cual el tribunal emitirá su dictamen en una fecha aún por determinar.
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Con un aspecto algo desaliñado, Assange siguió a ratos la vista por videoconferencia desde la cárcel londinense de Belmarsh donde está en prisión preventiva, después de que su abogado, Edward Fitzgerald, advirtiera por la mañana de que no podría hacerlo porque le habían "aumentado la medicación".
LAS BASES DEL RECURSO
Lewis esgrimió como base de su recurso que, en su dictamen de enero, la jueza de primera instancia Vanessa Baraitser "erró" en su interpretación del artículo 91 de la ley de extradición británica de 2003, que permite rechazar la entrega al Estado solicitante cuando la salud mental del procesado es tan mala que sería "injusto u opresivo" autorizarla.
El fiscal explicó que la magistrada basó su decisión en argumentos de testigos de la defensa de que Assange podría quitarse la vida si, como veían probable, era sometido a condiciones carcelarias extremas en Estados Unidos.
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Sin embargo -sostuvo-, para poder rechazar la extradición al amparo del artículo 91, el imputado debe presentar en ese momento riesgo de suicidio y "no en el futuro si se cumplen una serie de condiciones" hipotéticas, como un posible inaguantable régimen de prisión.
Assange "no sufre actualmente ningún trastorno mental que impida su extradición. Está suficientemente bien para seguir este proceso legal", manifestó Lewis.
El fiscal adujo además que la jueza debió desestimar el testimonio para la defensa del psiquiatra Michael Kopelman -que diagnosticó el riesgo suicida-, debido a que "engañó" a la corte al no mencionar en el primero de dos informes que el informático había formado una relación y tenido dos hijos con Stella Moris mientras estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres.
La defensa alegó, en una breve intervención inicial hoy, que Baraitser "aceptó la explicación" de Kopelman de que omitió a Moris para "proteger su privacidad" cuando su vínculo aún no era conocido.
Lewis incidió en que la magistrada debió investigar más el presunto riesgo de suicidio y también se habría equivocado cuando, tras concluir que el informático podía quitarse la vida si era extraditado, "no dio la oportunidad" a Washington de precisar la protección que podía proporcionarle.
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GARANTÍAS PARA LA SEGURIDAD DE ASSANGE
El fiscal reveló que el Gobierno de Estados Unidos ofrece cuatro garantías para propiciar la entrega del fundador de WikiLeaks.
Así, el australiano de 50 años no sería sometido a "medidas administrativas especiales" (SAM, en inglés), como tener vetadas las visitas o la correspondencia, ni antes del juicio ni si fuera condenado, ni ingresaría en la cárcel ADX Florence de súper máxima seguridad en Colorado, a no ser que -matizó- posteriormente hiciera algo para merecerlo.
Además, Washington promete que, mientras estuviera bajo custodia, Assange recibiría el tratamiento psicológico adecuado y, en caso de condena, podría cumplirla en su país natal de Australia, indicó Lewis.
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Estados Unidos quiere procesar a Assange por 17 delitos amparados por su ley de espionaje y uno por la ley de fraude y abuso informático, sobre todo por la difusión en 2010 y 2011 de registros militares y otros documentos confidenciales que expusieron múltiples abusos de derechos humanos.
Concretamente, le acusa de haber conspirado con el exsoldado estadounidense Bradley Manning (hoy Chelsea Manning) en 2010, así como con otros "hackers" entre 2007 y 2015 para obtener y publicar ilegalmente información secreta en su portal.
Detenido inicialmente en 2010 en Londres a instancias de Suecia por un caso de presuntos delitos sexuales hoy archivado, Assange ha pasado más de una década confinado en el Reino Unido, primero bajo arresto domiciliario y en la embajada de Ecuador de 2012 a 2019 (hasta que Quito le retiró el asilo político), y actualmente en prisión, a la espera de que termine el actual proceso.