Nayib Bukele mantendrá la militarización en las calles de El Salvador

El nuevo presidente de El Salvador, Nayib Bukele, mantendrá a más 10.400 soldados en las calles, pese a las peticiones de las organizaciones sociales de desmilitarizar la seguridad pública, informó este martes el director de la Policía, Mauricio Arriaza.

"La Fuerza Armada nos va a seguir acompañando" y "la línea del señor presidente de la República es la disuasión, la presencia policial y el combate frontal a la delincuencia", señaló Arriaza, nombrado recientemente director de la Policía, en rueda de prensa.

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Apuntó, sin entrar en detalles, que la continuidad o suspensión de los programas de prevención de la violencia de las pandillas del plan 'El Salvador Seguro', lanzado por el Gobierno anterior, será anunciada por el nuevo ministro de Seguridad, Rogelio Rivas.

La decisión de mantener a más de 10.400 soldados en labores de seguridad ciudadana se da pese al rechazo de diversas organizaciones sociales.

A finales de enero pasado, la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad) pidió a los entonces candidatos presidenciales desmilitarizar la seguridad.

"La militarización de la seguridad pública implica un retroceso en la construcción de una sociedad democrática basada en el gobierno civil, además de contribuir a la aparición de nuevos fenómenos de violencia", señaló la organización en un comunicado.

Explicó que la Fuerza Armada "se encuentra en labores de seguridad desde el año 1993" y que eso rompe con el margen de tiempo "que la Constitución permite".

En enero de 2017, el entonces representante de las Naciones Unidas en El Salvador, Christian Salazar, destacó el avance en la lucha contra la violencia de las pandillas en diferentes localidades, pero vio con recelo el uso del Ejército en funciones de seguridad ciudadana.

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Varios miembros del Ejército han sido procesados en los tribunales por delitos como desapariciones forzadas y tortura, además son vinculados con el fenómeno del desplazamiento forzado.

Bukele asumió el Gobierno del país centroamericano el pasado 1 de junio sin dar luces de su estrategia para combatir a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18.

Las autoridades responsabilizan a estas estructuras criminales de los altos índices de homicidios de entre 103 y 50,3 por cada 100.000 habitantes entre 2015 y 2018, cifras que ponen a la nación como una de las más violentas del mundo.