Operativo contra trata de personas en Perú deja más de 500 rescatados y 180 arrestos
Autoridades han desarticulado en lo corrido del año 39 estructuras criminales dedicadas a este flagelo.
La Policía Nacional del Perú rescató a 573 víctimas de trata de personas, 67 de ellas menores de edad, que eran sometidas a explotación sexual y detuvo a un centenar de presuntos responsables, al cabo de dos semanas de operativos en Lima y otras regiones del país, informaron este martes sus portavoces.
El jefe de la Dirección contra la Trata de Personas y Tráfico ilícito de Migrantes de la Policía Nacional, general Carlos Malaver, informó que han desarticulado siete bandas dedicadas a este delito, con la detención de 106 personas, de las cuales 16 ya tenían antecedentes y órdenes de detención.
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"Desde el 14 de julio a la fecha, se desarticularon siete bandas criminales y una facción de una organización", explicó el oficial a la agencia estatal Andina.
En lo que va del año, han sido desarticuladas 39 bandas, rescatadas 1.900 víctimas y se ha dado la detención de 180 delincuentes.
El jefe policial agregó que en el último operativo realizado en el centro de Lima, y en los distritos de San Martín de Porres y Los Olivos encontraron a 78 víctimas de trata que eran obligadas a prostituirse.
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Por su parte, el jefe de la Dirección de Investigación Criminal, general Luis Flores, declaró a RPP Noticias que algunas de las bandas desarticuladas tienen vinculación con la conocida organización criminal llamada el Tren de Aragua, procedente de Venezuela.
Flores dijo que a las víctimas rescatadas en el distrito de San Juan de Lurigancho les están cobrando para traerlas desde Venezuela al Perú, "entre 15 y 20 mil soles (4.100 a 5.500 dólares). Una vez que llegan acá, ya son sometidas a los bajos instintos, a los trabajos sexuales, a la explotación sexual".
La forma de captar a las víctimas es a través de las falsas ofertas de empleo, la seducción, las falsas identidades por Internet y las redes sociales, entre otras.
En Perú, la trata de personas es penada con 12 años de cárcel y si la víctima es menor de edad la sanción sube a los 25 años de prisión.