Por exhumación de restos de Francisco Franco, en Madrid se despliega megaoperativo
Los despojos mortales serán retirados del Valle de los Caídos y los llevará a un cementerio.
Todo está preparado en el Valle de los Caídos, al noroeste de Madrid, para exhumar los restos del dictador Francisco Franco (1892-1975) este jueves y llevarlos en helicóptero a un cementerio a unos 50 kilómetros de distancia, una operación para la que el Gobierno español ha extremado las medidas de seguridad.
El Ejecutivo, que dirige el socialista Pedro Sánchez, tomó la decisión histórica del traslado basado en una reforma de 2018 de la ley de Memoria Histórica y avalado por los tribunales. Para ello ha diseñado un plan específico, con la participación de varios ministerios, que implica a los cuerpos de seguridad Policía Nacional y Guardia Civil y a las Fuerzas Armadas.
El gobierno de Pedro Sánchez (PSOE), en el poder desde junio de 2018, había hecho de la exhumación una de sus banderas para que el complejo del Valle de los Caídos dejara de ser un lugar de "exaltación" de la dictadura franquista (1939-1975). Con la preocupación de prevenir cualquier incidencia, el Gobierno ha prohibido una concentración que la Fundación Francisco Franco había convocado para "rezar por el alma" del dictador mañana a la puerta del camposanto madrileño de El Pardo-Mingorrubio, en la periferia de Madrid y donde será llevado.
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Según una resolución gubernamental conocida este miércoles, se trata de evitar un "riesgo cierto y concreto de alteraciones de orden público". Un informe policial alerta de que podrían reunirse grupos franquistas y antifranquistas en el lugar, con riesgo de un "enfrentamiento directo" entre ellos. Entre otros fines, la Fundación Francisco Franco difunde "el pensamiento, el legado y la obra" del general vencedor de la Guerra Civil española (1936-1939) y jefe del Estado hasta que murió.
Esta entidad, además de los propios familiares de Franco, se ha manifestado opuesta por completo a la exhumación, pero el Tribunal Supremo rechazó sus recursos uno tras otro.
Una tumba polémica
El dictador recibió sepultura el 23 de noviembre de 1975 a los pies del altar mayor de la basílica de la abadía benedictina del Valle de los Caídos, un gran complejo monumental propiedad del Estado que él mismo mandó construir terminada la guerra. Allí están también los restos de unas 34.000 víctimas de ambos bandos del conflicto.
Este jueves, en medio de una gran expectativa política, social y mediática, los restos de Franco saldrán de aquel lugar y serán llevados al panteón de titularidad estatal donde ya fue enterrada su esposa, Carmen Polo, cuando ésta falleció en 1988. El caso es que, 44 años después de morir, su tumba en el Valle de los Caídos es motivo de polémica en la democracia española. Sánchez, que gobierna desde junio de 2018, fijó entre sus prioridades que el dictador saliera de allí. El gobierno socialista argumenta que los restos del dictador "no podían continuar en un mausoleo público que exaltara su figura, algo expresamente prohibido por la ley de Memoria Histórica".
Cuando faltan dos semanas y media para la repetición de elecciones generales en España, Sánchez responde que se trata de una "gran victoria de la democracia" cuando es acusado de hacer electoralismo con este asunto.
Dispositivo especial
La vigilancia se ha reforzado en el Valle de los Caídos, cerrado a las visitas del público desde el 11 de octubre para facilitar la llegada de los vehículos y el material necesarios para el operativo. En la basílica, durante la exhumación, solo estarán los operarios que levantarán la losa de la tumba, de 1.500 kilos, un forense, la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como Notaria Mayor del Reino de España y 22 familiares entre nietos y bisnietos del dictador.
Los asistentes pasarán por un detector de metales para evitar la entrada de dispositivos de grabación. Según las previsiones, una carpa con techo sobre la tumba garantizará la privacidad del momento. El procedimiento comenzará a las 10.30 horas del jueves (8.30 GMT) y durará una hora aproximadamente, según los cálculos técnicos.
Los medios de comunicación tampoco podrán acceder a la basílica ni al cementerio municipal de El Pardo-Mongorrubio. Solo la Agencia EFE y Radio Televisión Española tomarán imágenes exteriores, que distribuirán gratuitamente. Con este plan, cree el Gobierno, se garantiza la seguridad, la sobriedad y la dignidad del momento. En el cementerio también se reforzó la seguridad con sensores de presencia, cámaras y una reja reforzada, de modo que el Ejecutivo confía en que los agentes de policía puedan retirarse del lugar en un tiempo prudencial.
Traslado aéreo
El cadáver se inhumó el 23 de noviembre de 1975 en un ataúd doble, con una estructura interior de zinc sellada y otra exterior de madera. No está previsto que se abra el féretro, que saldrá de la basílica benedictina a hombros de los familiares sin bandera ni honores militares, pues el Gobierno se negó.
Será transportado en un helicóptero militar Superpuma, aunque hay dispuesto un automóvil por si las condiciones atmosféricas desaconsejaran la vía aérea. En el vuelo hasta un helipuerto cercano al cementerio, de unos diez minutos, viajarán Francis Franco, uno de los nietos más conocidos del dictador, y la ministra de Justicia. El resto de la comitiva y familiares irán por carretera.
Por deseo de la familia, los restos serán bendecidos una vez exhumados y luego habrá un oficio religioso en la reinhumación. El sacerdote que realizará ese oficio es hijo de Antonio Tejero, el oficial de la Guardia Civil que encabezó el asalto al Congreso de los Diputados durante el fallido golpe de Estado de 1981.