Putín y el papa Francisco hablaron de Venezuela, Siria y Ucrania
Putín, como en pasadas ocasiones, llegó una hora tarde a la cita con el pontífice.
El papa Francisco y el presidente de Rusia, Vladímir Putín, se reunieron este jueves durante casi una hora y hablaron sobre la situación en Venezuela, Siria y Ucrania.
En un escueto comunicado el Vaticano califica la reunión de "cordial" y en la misma expresaron su satisfacción por el desarrollo de las relaciones bilaterales, "reforzadas" con la firma hoy de un memorando de entendimiento para colaborar en el hospital pediátrico "Bambino Gesu" y otros de la Federación Rusa.
También hablaron de "cuestiones relevantes para la vida" de la Iglesia Católica en Rusia, país de mayoría ortodoxa, así como de "la cuestión ecológica" y de temas internacionales "con especial referencia a Siria, Ucrania y Venezuela", aunque sin indicar el contenido.
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La reunión comenzó con casi una hora de retraso, al igual que en sus dos anteriores visitas al papa Francisco, y a su término el presidente ruso agradeció al pontífice la conversación, que calificó de "sustanciosa e interesante".
Putin entró en la llamada Sala del Tronetto del palacio apostólico pasadas donde el papa le recibió con una sonrisa y un apretón de manos y accedieron a la biblioteca donde se produjo la reunión privada.
Sin mediar palabra, el papa esperó la salida de los fotógrafos para empezar la reunión con la ayuda de un traductor.
El presidente ruso llegó al Vaticano directamente del aeropuerto de Roma con un convoy de cerca 30 vehículos y una delegación que comprendía a algunos ministros, entre ellos el titular de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, que mantuvo separadamente una reunión en la Secretaría de Estado.
Después, durante el habitual intercambio de regalos, Putin obsequió al papa la película "Sin" (pecado) dirigida por el ruso Andréi Konchalovski sobre la vida del Miguel Ángel y un libro con las imágenes del filme.
Putin explicó a Francisco que el autor le regaló la película para que el pontífice, "si tuviera un minuto", pudiera verla.
Además le dio un enorme icono con las figuras de San Pedro y San Pablo y le recordó que mientras los católicos los celebran el 29 de junio para los ortodoxos su fiesta es el 12 de julio, dado que aun siguen utilizando el calendario juliano.
Por su parte, Francisco entregó al mandatario ruso una medalla conmemorativa que había sido realizada en el Vaticano en ocasión del centenario del final de la Primera Guerra Mundial; dos de sus exhortaciones "Gaudate et Exultate" y "Christus Vivit". También su último mensaje para la Jornada de la paz y el documento sobre la Fraternidad Humana que firmó en Abu Dhabi y que, explicó el papa, "habla del diálogo con el islam".
Francisco también le regaló un grabado del siglo XVII de la plaza de San Pedro "para que no se olvide de Roma", según le dijo a Putin.
Tras la presentación de la delegación y las fotos oficiales, ambos se encaminaron a la salida de la biblioteca y el papa le agradeció la visita y le pidió que rezara por él.
Putin también mantuvo otra reunión posterior con el secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin y con el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher.
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El presidente ruso se reunió después con su homólogo italiano, Sergio Mattarella y con el primer ministro Giuseppe Conte. Más tarde participará en una cena con los dos vicepresidente, Matteo Salvini y Luigi di Maio.