Soldados chinos, en pantaloneta y sin armas, fueron desplegados en Hong Kong
Los soldados retiraron ladrillos y otros objetos esparcidos en vías que conectan a varias universidades.
Después de cinco días consecutivos de protestas e incidentes violentos, Hong Kong vivió una jornada relativamente tranquila marcada por la presencia de soldados de la guarnición del Ejército chino apostada en la ciudad, que salieron a despejar barricadas de las carreteras.
Una veintena de soldados del Ejército Popular de Liberación (EPL) hicieron acto de presencia vestidos con camisetas y pantalones cortos, sin portar armas, para retirar ladrillos y otros objetos esparcidos en circunvalaciones que conectan varias universidades.
El tráfico se reanudó hoy en la ciudad tras varios días cortado, pero la tensión podía palparse con la primera aparición pública de los soldados chinos -afirmaron que acudieron a limpiar las calles por su propia voluntad- desde que estalló el movimiento de protesta antigubernamental en junio.
Cualquier movimiento realizado por las tropas chinas en el territorio semiautónomo es un asunto delicado, y según la Ley Básica hongkonesa, se puede convocar a las tropas del EPL únicamente en caso de desastres o para mantener el orden público si así lo solicita el Gobierno de Hong Kong.
Reapertura del tráfico y tensión en universidades
La autopista Tolo, que conecta varias zonas periféricas, abrió esta mañana cuatro días después de que los estudiantes la bloquearan con ladrillos para detener el tráfico.
No obstante, el túnel Cross-Harbor, una arteria clave que conecta Kowloon y la isla de Hong Kong, está aún bloqueado por las barricadas erigidas por los estudiantes de la cercana Universidad Politécnica.
En el barrio de Pok Fu Lam, cerca de la Universidad de Hong Kong (HKU) todavía podían verse cientos de ladrillos, algo que sorprendió a algunos vecinos, quienes mostraron su enfado a los manifestantes.
"¡Eres basura! ¿No sabes que eres muy egoísta al bloquear el camino?", gritaba un hombre a un grupo de jóvenes mientras otros coreaban consignas en apoyo a la Policía hongkonesa.
Entre la multitud, un profesor de la HKU que prefirió mantener el anonimato, declaró a que los manifestantes deben ser más "racionales".
"Entiendo que los estudiantes sientan que deben subir la apuesta, porque el Gobierno no ha respondido a ninguna de sus demandas y ningún funcionario ha renunciado. Pero les digo que hay mejores formas de expresarse que bloquear los caminos", añadió.
La tensión regresó al anochecer, cuando llegaron los vehículos policiales, lo que llevó a un enfrentamiento con estudiantes vestidos de negro que se refugiaron en una pasarela del campus.
Estas operaciones de la Policía se producen después de que los rectores de nueve universidades públicas emitieran ayer una declaración en la que pedían al Gobierno que tomara la iniciativa para restaurar el orden, agregando que los campus se han visto atrapados en una "lucha política".
Pero otra declaración firmada por profesores asegura que la controvertida entrada de la Policía en los centros educativos plantea "graves preocupaciones sobre los ataques policiales con gases lacrimógenos, balas de goma y rondas de bolas de plomo", e instan al Gobierno a que ejerza "moderación" a la hora de gestionar la crisis.
Los continuos enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios en varios campus de Hong Kong provocaron que varias universidades anunciasen el jueves que daban por finalizado el semestre antes de tiempo ante la continuación de las protestas.
Además, la violencia y los enfrentamientos dejaron el viernes la primera víctima relacionada directamente con las protestas: un trabajador de la limpieza de 70 años, que fue alcanzado en la cabeza por un ladrillo lanzado por manifestantes.
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El lunes, día en el que comenzó la huelga que desencadenó la actual crisis, un joven de 21 años recibió un disparo de un policía de tráfico y manifestantes prendieron fuego a un hombre de 57 años que había discutido con ellos y les había afeado su conducta.
La huelga del lunes dejó un total de 128 heridos y 287 detenidos, de los que más del 60 % eran estudiantes, según la Policía.