Diez años de la muerte de Diego Felipe Becerra: Revelan detalles del proceso
Los padres del joven grafitero asesinado en 2011 y la abogada que lleva el caso revelan detalles del complejo proceso.
Diego Felipe Becerra tenía 17 años cuando fue asesinado a manos del patrullero de la Policía Metropolitana de Bogotá Wilmer Antonio Alarcón, quien fue condenado a 37 años y seis meses de prisión y permanece prófugo de la justicia.
Han pasado 10 años pero el dolor parece haberse instalado en las almas de sus seres queridos, que siguen clamando porque el nombre del joven que era reconocido como un ‘artista del grafiti’, sea limpiado pues se planeó y ejecutó un montaje para presentarlo como un delincuente, por lo que su familia aseguró en RCN Radio, que fue un ‘falso positivo’.
Así ocurrió la muerte de Diego Felipe Becerra
En la noche del 19 de agosto de 2011 mientras Diego Felipe y dos de sus amigos, estaban pintando grafitis en el noroccidente de Bogotá, fueron descubiertos por el uniformado de la Policía.
En ese entonces, altos mandos de la Policía Metropolitana informaron que la víctima supuestamente había fallecido, tras participar del hurto de un vehículo de transporte público.
Esas manifestaciones que fueron públicas incrementaron el dolor por la temprana partida del joven que tan solo tenía 17 años y muchos sueños por delante.
Pese a ello, el reporte del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, empezó a aclarar el panorama de lo que en realidad, fue un homicidio.
Según el informe Diego Felipe tenía en su maletín en el momento en el que ocurrieron los hechos, pinturas y aerosoles además se reveló que nunca había disparado un arma de fuego.
El informe demostró no solo que la víctima no había participado del supuesto hurto del vehículo de transporte público sino que había sido plantada estratégicamente el arma de fuego en la escena del crimen, lo que permitió que empezará a investigarse sobre la alteración de la escena del crimen.
Al conmemorarse la primera década sin Diego Felipe Becerra, RCN Radio consultó a su papá, Gustavo Trejos, quien señaló que la vida como la concebía, cambió para siempre.
Aceptar que su hijo no volvería a respirar, que jamás vería de nuevo su sonrisa, ni que tampoco podría verlo alcanzar sus sueños fue muy difícil, sin embargo, la lucha jurídica que emprendió junto con su esposa, la mamá de Diego fue aún más frustrante, pues han sido 10 años de luchar y no encontrar una justicia que repare en algo, así sea mínimo el eterno dolor en el que viven.
“Vivir sin Diego estos diez años ha sido muy fuerte; nuestra función de vida cambió una vez el murió (…) Normalmente uno trabaja para darle educación, para que los hijos vivan bien para darles comodidades y cuando él muere todo cambia; empezamos a trabajar básicamente en buscar limpiar la dignidad que le fue mancillada por la Policía, por el montaje”, afirmó.
Trejos indicó que su hijo fue un falso positivo en el que participaron varios uniformados de la Policía y dijo que la lucha jurídica ha sido muy desgastante.
“Lograr las capturas de los policías, del abogado que orquestó todo este falso positivo, los coroneles, testigos falsos, suboficiales y eso da fortaleza; hemos tenido unas decepciones muy grandes, hemos llorado de tristeza cuando por ejemplo, el proceso se lo llevaron para la justicia penal militar (…) cuando eso sucedió no veíamos luz y enfrentarse uno a una institución como la Policía, pues era muy fuerte”, señaló.
También señaló que con el paso del tiempo se fueron encontrando pruebas sobre cómo ocurrió el crimen y sobre la alteración de la escena del crimen, lo que permitió que puedan encontrar alivios al permanente dolor.
“Fuimos obteniendo pruebas de como alteraron la escena del crimen y de como toda una institución como la Policía Metropolitana de Bogotá, se volcó para proteger a un patrullero que cometió una ejecución extrajudicial y que al final, lo único que buscaban era ocultar la verdad a cualquier precio”.
Trejos enumeró los hechos irregulares que se habrían registrado dentro del proceso.
“Primero plantando el arma de fuego, después consiguiendo los testigos falsos y lo más triste de eso, es que el propio director de la Metropolitana se hubiera reunido con esos testigos falsos, hubieran recibido una denuncia falsa lo cual es muy grave y parece que para la Fiscalía no ha sido grave porque llevamos siete años de investigación y todavía, no se ha imputado al general Patiño”.
Incluso, señaló que han tenido que acudir a acciones de tutela para poder ser sujetos procesales dentro del caso.
Más en: Familia Galán exhorta a general (r) Maza Márquez y a Santofimio a comparecer a Comisión de la Verdad
RCN Radio conoció que se realizará una audiencia de sentido de fallo en la que el juez 19 Penal del Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá definirá si son culpables o inocentes en la investigación que se adelanta contra varios uniformados, entre ellos el coronel José Javier Vivas Báez, el coronel Nelson de Jesús Arévalo, el coronel Johan Peña, el teniente Rosember Madrid y el intendente Juan Carlos Leal.
Al respecto Trejos aseguró que, espera que hoy se emita condena contra seis uniformados que habrían alterado la escena del crimen.
“Nosotros esperamos que después de 10 años de una lucha judicial tan fuerte, que se logren unas condenas ejemplares, nosotros esperamos entre 25 y 32 años de cárcel para todas las personas que participaron de la alteración de la escena del crimen”.
Diez años después aseguró que sigue recordando la bondad que tenía en el corazón su hijo Diego.
“Él era muy talentoso, le gustaba mucho el arte adicional a eso era muy perceptivo y una persona muy solidaria, recuerdo que rompió su alcancía y separó la plata en bolsitas y nos la dio para que nosotros la diéramos a los jóvenes que estaban en los semáforos pidiendo limosnas o haciendo alguna actividad”.
A Liliana Lizarazo, la mamá de Diego Felipe, la muerte la sorprendió y su alma quedó para siempre rota.
“Diego era el centro de mi vida, era la persona por la que luchaba, trabajaba, por la cual quería ser un ejemplo de superación, de vida y de profesional”, dijo.
Agregó que “Diego representaba la alegría, las cosas bonitas del hogar, los momentos hermosos, sencillos, ese ser tolerante y humano con el que uno venía, una esperanza de este mundo”.
Dijo también que le duele profundamente que pese a existir una condena de 37 años de cárcel contra el patrullero Wilmer Alarcón, quien disparó su arma de dotación e impactó en la espalda a Diego Felipe causándole la muerte, el sujeto sigue libre porque se fugó.
“El tiempo pasa y no se ve realmente que haya justicia (…) Haber dejado libre al patrullero Wilmer Alarcón por no tomar las medidas y acciones a tiempo para condenar; me duele que llevemos diez años y todavía no se haya definido emitido condenas contra los que participaron en el falso positivo y que aquí la justicia es para los demás bajo rango, no para los coroneles y generales”, señaló.
Una de las líderes de este proceso en materia judicial ha sido la abogada Myriam Pachón, quien asumió durante 10 años la representación de las víctimas y se convirtió en pieza clave en el esclarecimiento de los hechos.
La jurista ejerció su segunda profesión, la de investigadora para encontrar las evidencias que permitieron descubrir que Diego Felipe Becerra, nunca cometió un hurto ni mucho menos tenía en su poder un arma de fuego.
Relató en RCN Radio que durante esta década ha recibido muchas amenazas de muerte, han invadido su privacidad y han hostigado a su familia. Pese a ello, decidió no abandonar el proceso pues cree firmemente en que debe haber justicia y que los responsables de la muerte del menor de 17 años, deben responder por el ‘falso positivo’.
Durante la entrevista le informó a RCN Radio, que recibió nuevamente llamadas provenientes de un número de celular desconocido, en el que nuevamente la amenazaron de muerte y le aseguraron que, le queda prohibida la entrada a un centro carcelario porque le ocurrirán vejámenes similares o incluso peores de los que pareció la periodista Jineth Bedoya, en la cárcel La Modelo de Bogotá a principios de la década de los 2000.
“En el día de hoy me hicieron amenazas, sabiendo que será dictada la sentencia (…), durante todo este tiempo han existido muchas amenazas, me dijeron que van a acabar conmigo que lo que le hicieron a la periodista Jineth Bedoya, no era nada frente a lo que me van a hacer a mí, que si entro a una cárcel podría pasarme algo igual o peor de lo que le pasó a ella”, concluyó.