Mancuso dijo que más de 200 víctimas de paramilitares están enterradas en Venezuela
Mancuso explicó que ingresaron al vecino país porque asesinaban a varias personas diariamente en Norte Santander.
Se cumplió el segundo día de audiencia del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Durante esta audiencia, el exjefe de las autodefensas señaló que más de 200 personas de la región del Catatumbo, fueron asesinadas y enterradas en Venezuela, por el grupo armado.
El dato lo dio Mancuso en la segunda jornada de la audiencia única de aporte a la verdad ante la Sala de de Definición de Situaciones Jurídicas de la Jurisdicción Especial de Paz.
Igualmente, Mancuso reveló que los nombres de estas personas que están sepultadas en varios cementerios clandestinos en Venezuela, fueron ubicadas por listas suministradas por el Ejército, la Policía, el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), y las redes de informantes de los paramilitares en esa zona de Norte de Santander.
Así mismo, el exjefe de las autodefensas precisó que esas acciones fueron ejecutas por Jorge Iván Laverde, alias 'El Iguano', con apoyo de otro paramilitar a quien Mancuso identificó como 'El Diablo'.
Mancuso explicó que ingresaron al vecino país porque asesinaban a varias personas diariamente en Norte Santander y se les hizo difícil ocultar tantos cadáveres.
Los 'hornos de la infamia'
Expresó que, ante la necesidad de borrar evidencias de cientos de asesinatos, construyeron un horno crematorio ubicado en el sector Trapiche Viejo, para cremar cadáveres y que el ante el aumento de los muertos, construyeron otros hornos, a los que llevan cuerpos de personas asesinadas en varias poblaciones.
También mencionó la ubicación de otros hornos en la finca Pacolandia en Puerto Santander y en Las Palmas, otra finca donde las autodefensas tenían una base militar, en la que según Mancuso, las víctimas eran incineradas en huecos que cubrían con leña y llantas para prenderles fuego.
Además, confirmó que el Ejército y la Policía tenían pleno conocimiento de las acciones de los paramilitares en Norte de Santander, precisando que con esos organismos existió un acuerdo para frenar la presencia del ELN., en zona que, para el 2002, cuando ocurrieron esos hechos, dominaba varios municipios de ese departamento.