¿Por qué mataron a Rodrigo Lara Bonilla?
El entonces ministro de Justicia fue acribillado por sicarios en los años en que el narcotráfico puso de rodillas al Estado colombiano.
El uso de la coca y otras plantaciones eran parte de la vida cotidiana de las comunidades indígenas asentadas en América del Sur. Lógicamente, esa experiencia de los nativos fue aprovechada con propósitos non sanctos por la década de 1970 para pasar a la producción y procesamiento de droga en Colombia.
A partir de ahí surgieron las nefastas fuerzas oscuras que agrupaban, entre otros, a narcotraficantes, paramilitares y políticos sin escrúpulo alguno que tenían en marcha una combinación de planes electorales y negocios ilícitos.
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Dentro de la campaña delictiva de los miembros de estas estructuras criminales, ya en la década de 1980 fueron asesinados políticos, jueces y periodistas que periódicamente develaban a quienes estaban en actividades delincuenciales asociadas a la producción y tráfico de drogas.
En ese desenfrenado plan macabro, uno de los líderes que cayó fue el entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, alguien que se dedicó a revelar los nexos de la mafia con políticos regionales que resultaron de dudosa reputación.
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Fue ahí donde las balas de sicarios pagados por el cartel de Medellín de Pablo Escobar Gaviria fueron parte de ese proyecto de aniquilamiento que incluyó a varios de los líderes que se opusieron al negocio del narcotráfico y la llegada a la política de los personajes que estaban detrás de dicha ilegalidad.
El asesinato
El presidente Belisario Betancur en agosto de 1983 nombró a Rodrigo Lara como ministro de Justicia. Ahí inició una lucha frontal contra los carteles de la droga. En esa tarea, el alto funcionario pasó a cuestionar que en la Cámara de Representantes estuviera un señor llamado Pablo Escobar Gaviria, alguien que quien ya se tenía indicios de cierta cercanía con el cartel de Medellín.
Esa serie de señalamientos contra el capo –que se hizo pasar por político por esos años– le costó a Lara Bonilla que le montaran una trampa para vincularlo con Evaristo Porras, jefe del cartel del Amazonas. Finalmente, el presidente lo mantuvo en su cargo al demostrar que estaba firme en la lucha contra los carteles.
Luego de varios debates en el Congreso, Lara logró presentar las evidencias de las actividades delictivas de Pablo Escobar quien fue expulsado de la Cámara de Representantes y le cancelaron la visa a Estados Unidos.
Tras haber derrotado políticamente a Escobar al sacarlo del legislativo, Lara Bonilla también puso en marcha una serie de decisiones que incluyeron revivir los procesos penales contra el cartel de Medellín -Pablo Escobar y Carlos Lehder-, incautar varias toneladas de droga y decomisar avionetas y propiedades de ese clan.
Con toda ese desafío a los delincuentes, la noche del 30 de abril de 1984, Rodrigo Lara Bonilla fue perseguido por un grupo de sicarios que lo acribillado dentro de su vehículo en la calle 127, en el norte de Bogotá.
El magnicidio de Rodrigo Lara Bonilla es recordado como el punto de partida de la más cruda guerra del Estado colombiano contra el narcotráfico que también dio el inicio a la Ley de Extradición.
El proceso
Lo cierto es que hoy la Fiscalia General de la Nación citó para el próximo 27 de agosto a indagatoria a Alberto Santofimio Botero dentro de la investigación que se adelanta por el asesinato del exministro Rodrigo Lara Bonilla.
Un fiscal de la Unidad de Derechos Humanos y DIH escuchará la versión de Santofimio Botero por estos hechos que fueron declarados como un delito de lesa humanidad.