La polémica sugerencia de The Economist a Duque sobre Uribe
La revista inglesa asegura que Iván Duque aun está a tiempo de ser un buen presidente, pero sugiere algunas medidas para lograrlo.
“La larga guerra entre el Estado y las Farc pudo haber terminado, pero gobernar Colombia no es un juego de niños”. Así inicia el artículo de la revista inglesa The Economist en el que hace una evaluación del mandatario Iván Duque y hace consideraciones respecto a lo que puede mejorar su gobierno.
Además de enumerar los problemas recientes que ha tenido que capotear Duque como los derrumbes de la vía al llano e incluso la atención a migrantes venezolanos, la revista reconoce que ha dicho aceptar las decisiones de los altos tribunales y el congreso; ha demostrado algún interés por el cambio climático y posiciona su políticas de migración “en la fraternidad y no en la xenofobia”.
Esto, en medio de hacer parte del giro a la derecha en los gobiernos de América Latina junto a personajes de extremos como Jair Bolsonaro en Brasil.
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Sin embargo, se pregunta la publicación si "¿Puede el presidente de Colombia Iván Duque encontrar sus pies? Bajo este título, el texto plantea la importancia de que Duque salga de la sombra de su líder, el expresidente y senador Álvaro Uribe, porque aunque apenas está por cumplirse su primer año en el poder, y tiene tiempo para convertirse en un buen presidente, el reloj no se detiene.
The Economist dice también que "Iván Duque pensó que el acuerdo de paz era muy suave, pero como presidente ha prometido sacarlo adelante. El asunto central ha tenido éxito: la mayor parte de los exguerrilleros han regresado a la vida civil".
Entre tanto, señala que la situación jurídica de Jesús Santhich, ya posesionado como representante a la Cámara, es su prueba de fuego, y que incluso "los partidarios de Uribe temen que esté sesgado a favor de las Farc".
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El texto se adhiere finalmente a la recomendación que le hace a Duque el historiador Malcolm Deas, quien señala la importancia de regular su relación con Uribe, limitándola, por ejemplo, a reuniones programadas, y complementar con la construcción y desarrollo de su propia base política en el centro.