Mauricio Lizcano, señalado de acoso en el Congreso
El director del Dapre negó siquiera haber tenido licor en su despacho en el Capitolio nacional.
En las últimas horas, se dio a conocer un nuevo caso de acoso en el Congreso de la República. En este caso, involucra al director del Dapre, Mauricio Lizcano, quien fue acusado por una mujer de haber intentado besar a una mujer a la fuerza.
De acuerdo con la información suministrada por la mujer, Lizcano le habría dicho que ese era el camino para trabajar con él, mientras estaba en el Congreso de la República.
No obstante, el funcionario púbico ha negado tajantemente de estas declaraciones de la mujer.
Lea además: Gustavo Bolívar volvió a pedir aplazamiento de la audiencia sobre denuncia de trata de mujeres
Con este nuevo testimonio, que implica al actual director del Dapre, se impulsa los polémicos testimonios hechos por el exenador Gustavo Bolívar, en el que indicaba que hay una red de personas en el Congreso.
Los hechos, indica la mujer de 28 años, sucedieron en 2016, cuando Lizcano era senador de la república por el partido de La U y en una tarde se terminó pasando de la raya.
La mujer, que en ese entonces tenía 21 años, acababa de terminar la Universidad y esperaba conseguir trabajo en el Congreso de la República, para convertirse en parte de la Unidad de Trabajo Legislativo de algún político influyente, pero se quedó sin palabras luego de que salió de la oficina del senador Lizcano.
Después de que llegó a una entrevista y de varias horas de espera para ser atentada por el entonces senador, lo primero que le llamó la atención es que Mauricio Lizcano le ofreció whisky, sin embargo, ella se negó a recibirlo y se limitó a responder las preguntas del senador.
Luego de un rato, el ambiente cambio y la conversación, indicó ella, se tornó ‘maluca’, pues los comentarios se subieron de tono: “cómo es de joven y de bonita”.
De interés: "No hay errores en los gastos que ha tenido el gobierno", Mauricio Lizcano
Del dicho pasó al hecho, pues en un momento se acercó a la mujer e intentó besarla, pero ella se escabulló y ahí comenzó un forcejeo que termino con la frase: “si quiere el trabajo, esta es la manera”.
Pese a la negativa de la joven, el hombre insistió hasta un punto en el que le dijo de manera soberbia “si no quiere el trabajo, entonces váyase”, así que ella se fue y no volvió.