F. Duarte: el legado de acero que pedalea por la tradición familiar
Con 57 años de historia, F. Duarte se ha convertido en un referente obligado para cualquier persona que busca calidad en bicicletas.
El 11 de septiembre de 1985 fue un día histórico para el ciclismo colombiano. Martín Alonso Ramírez hizo la gran hazaña de ganar la novena etapa del Tour de l'Avenir. Gracias a esa victoria, Ramírez le quitó el liderato en la general al francés Éric Salomon y unos días después se coronó campeón de la competencia. Una victoria que tuvo también como protagonista a una bogotana: una bicicleta Duarte, de marco cien por ciento colombiano.
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“Es el colombiano que ha conseguido el logro ciclístico más importante internacional con una bicicleta colombiana”, cuenta Nicolás Duarte, gerente de F. Duarte, a La FM.
Porque hablar de F. Duarte es también hablar de la historia de la industria de la manufactura del ciclismo en Colombia. Se trata de una marca que, a punta de trabajo, ha logrado demostrar que la mejor forma de competir con la producción en masa es la calidad, la artesanía.
“Colombia es un mercado bastante agresivo, bastante competitivo, y definitivamente nuestra forma de diferenciarnos ha sido la innovación en términos de materiales, en términos de diseño, de poder customizar la bicicleta desde diferentes aspectos”, resume Nicolás.
Pioneros en el Siete de Agosto
F. Duarte es una empresa ubicada en el barrio Siete de Agosto (Bogotá) que se dedica a la fabricación de marcos de bicicleta personalizados, a la medida de cada cliente, de gamas media y alta, con componentes top y garantía de por vida.
Actualmente, la marca es una de las más reconocidas en el sector ciclístico de Colombia: para muchos aficionados a ese deporte, tener una F. Duarte es un signo de distinción, una marca que identifica a quienes de verdad saben de ciclismo.
Pero ese reconocimiento no se logró en diez, veinte o treinta años. Ha sido un trabajo de cerca de seis décadas enfocado en priorizar la artesanía en la fabricación de bicicletas. El taller fue fundado en 1967 por don José Duarte, considerado como un decano en la construcción de ‘caballitos de acero’.
“El comienzo del taller de mi papá fue en unas condiciones muy precarias, con muy poca herramienta, y realmente él era su único empleado, él hacía todo”, relata Fabio Duarte, actual propietario de F. Duarte.
La primera fábrica estuvo ubicada en el barrio Colombia y luego se trasladó a Sears, conocido actualmente como Galerías. Finalmente, se instaló en el Siete de Agosto, con lo que se convirtió en una de las pioneras de un sector dominado hoy en día por el mercado del ciclismo.
“Nosotros llegamos al barrio Siete de Agosto hace más de 40 años y solo había un sitio de bicicletas, que es conocido aún, que se llama El Triunfo. Mi papá se instaló en el sector en esa época y fuimos los segundos y ahora, en este momento, se cuenta con alrededor de unos 60 almacenes de bicicleta”.
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Poco a poco, don José fue consolidándose como una leyenda en la construcción de bicicletas: un referente, un ejemplo a seguir. Una leyenda que leyó muy bien la época que partió la historia del deporte colombiano en dos, el gran despegue de los escaladores nacional en la escena mundial del ciclismo, los escarabajos. Lo que pasó en esos años trazó la ruta al futuro del taller.
“El taller fue creciendo en la época del auge del ciclismo colombiano, allá en los finales de los 80, comienzos de los 90. Se llegó a contar con una planta de trabajadores alrededor de unas 12 personas, que estaban encargadas de la mecánica de las bicicletas, la venta de repuestos y obviamente la fabricación de las bicicletas”, dice Fabio.
“Fue nuestro principal objetivo para desarrollar en esa época y aún para este futuro. Es el fuerte que nosotros queremos implementar y desarrollar al máximo: la fabricación de bicicletas personalizadas”.
Y qué mejor impulso que la victoria de Martín Alonso Ramírez en el Tour de l'Avenir.
Un legado familiar: bicicletas que cambian vidas
Don José Duarte falleció el 6 de enero de 2020. La noticia no pasó inadvertida entre los grandes expertos en ciclismo. “Como constructor marcó toda una época pues sus Bicicletas Duarte alcanzaron un nivel tan alto que fueron utilizadas por grandes campeones como Martín Ramírez”, reseñó entonces la revista Mundo Ciclístico, dirigida por Héctor el ‘Profe’ Urrego.
Pero el legado de don José no se apagó con su muerte. Los Duarte han honrado todo el trabajo construido desde 1957, y aunque se han adaptado a los nuevos tiempos, con estrategias de mercadeo acordes al mundo digital, siguen teniendo como prioridad la artesanía en la fabricación de las bicicletas.
“Yo, Fabio Duarte, me vinculé a la fabricación de los marcos en el año de 1985. Entonces, estamos hablando de casi 40 años ya vinculado directamente con la empresa, y mis hijos, que ya son la tercera generación, me han venido apoyando”, dice Fabio.
“He recibido el apoyo y la inyección de nuevas formas de pensar, nuevas formas de encaminar el mercado, que eso es lo que se pretende cuando una empresa como la de nosotros llega a la tercera generación”, añade, con orgullo.
Fabio se encarga de la parte operativa en la fabricación de las bicicletas, su hijo Nicolás se concentra en la estrategia de mercado enfocada en mostrarles a los clientes la ventaja de tener un marco personalizado, acorde a las necesidades de cada persona. Una tarea llena de retos en épocas en que muchos privilegian la inmediatez y la producción masiva por encima de lo artesanal.
“Nosotros tenemos una capacidad de operación y de producción que está alrededor de las 240 bicicletas al año. Eso obviamente tiene muchas variaciones, porque hace unos cuatro o cinco años implementamos una política de bicicleta para todos, lo que nos hacía producir bicicletas de una gama o de un costo más bajo, así se sacrificara a veces un poco de peso; de calidad nunca, la calidad siempre es la misma. Pero esto nos permitió mejorar nuestras ventas dando precios más asequibles a otro tipo de públicos, lo que nos permite mejorar la producción”, explica Nicolás, y añade que ahora se busca personalización incluso en el diseño.
“Desarrollamos una empresa que se llama Oficina Color, en la cual el enfoque es que cualquier persona con una bicicleta F. Duarte va a poder escoger el diseño, va a poder involucrarse si quiere que tenga su nombre, si quiere que tenga algunos iconos, el tamaño de la marca, los colores y las formas que van a estar impresas en la piel de la bicicleta”.
Y cuando Nicolás dice que le apuntan a varios tipos de públicos, el mejor ejemplo es lo que han logrado ensamblando bicicletas para que personas con movilidad reducida puedan hacer ciclismo. Bicicletas que no discriminan.
“Aquí nos llegan digamos que diferentes tipos de historia”, cuenta Nicolás, con el orgullo de quien logra ayudar.
“Nos han llegado casos de personas que tienen problemas con el equilibrio, que tienen algunas limitaciones, y esas limitaciones claramente hacen que nos toque fabricar bicicletas o triciclos incluso para que puedan desarrollar actividades para paralímpicos o actividades que no se pueden realizar normalmente en una bicicleta convencional”, añade.
Una de las historias de la que más sienten orgullosos es la de un niño que nunca había podido subirse a una bicicleta. Cuando sus padres llegaron con el encargo, Fabio y Nicolás se pusieron manos a la obra para darle al niño un producto de artesanía que le permitiera practicar ciclismo al más alto nivel.
“Hace poco tuvimos que fabricar una bicicleta para un niño de 12 años. Tiene problemas de equilibrio y desarrollamos una bicicleta con doble rueda atrás, una rueda adelante y un triciclo, que igual tiene todas las prestaciones de una bicicleta normal, freno de disco, cambios, y que le permite desarrollar a ese tipo de actividades”, dice Nicolás.
El orgullo de las bicicletas Made in Colombia
El orgullo que Fabio y Nicolás sienten por las bicicletas que hacen puede percibirse muy bien cuando hablan de las gamas que manejan
“Nosotros tenemos bicicletas para ruta hechas a medida, con pintura personalizada, desde los 4.200.000 pesos, y tenemos gamas altas”, cuenta Nicolás.
“Ahorita acabamos de hacer nuestro último lanzamiento, que es nuestra bicicleta de titanio carbón. Se llama la F64 y esta tiene un costo alrededor de los 47 millones de pesos, porque trae componentes de tope de gama SRAM, trae una construcción y nuestro último lanzamiento en términos de tecnología en rigidez”.
Así, con esa mezcla de tradición e innovación, F. Duarte ha logrado mantenerse durante cerca de 60 años y resistir tiempos duros, como la pandemia o el aumento del precio del dólar. Porque, para los Duarte, es clave que los clientes aprendan a valorar todo el trabajo artesanal que hay detrás de una empresa que puede emplear hasta a 15 personas.
Y así como hicieron con el Tour de l'Avenir de 1985, apostando por Martín Alonso Ramírez, F. Duarte sigue creyendo en talentos que han conseguido estar entre los tres primeros lugares de grandes fondos a nivel nacional, esas carreras de larga distancia que reúnen a ciclistas que, si bien hacen parte del ciclo amateur, corren al nivel de un deportista de alto rendimiento.
“Tenemos unos corredores que son embajadores de marca. Hemos logrado liderazgo y campeonato de la Vuelta al Tolima Master, en aficionados, con bicicletas que no son netamente en fibra de carbono ni son bicicletas marcas mundiales”, relata Nicolás.
Uno de ellos es Didier Sastoque, un ciclista con más de 16 años de carrera y participaciones estelares en la Vuelta a Colombia, el Tour de Guadalupe, el Clásico RCN y el Tour Colombia, entre otras carreras.
Así las cosas, se trata de marca inspiradora, que no discrimina entre deportistas de alto rendimiento y personas que en otras circunstancias jamás habrían podido practicar ciclismo.
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“Dense la oportunidad una vez en la vida de tener algo hecho a la medida, algo personalizado, algo que les va a dar una satisfacción personal, que les va a servir como transporte, como recreación para hacer muchos logros personales. Y es muy bonito también que sea de una marca nacional y que tengan ese sentimiento de que una persona colombiana les fabricó su bicicleta hecha a su medida que es única para ustedes”, concluye Nicolás.