Bojayá dio último el adiós a víctimas de la masacre de 2002
Los asistentes tenían puestas camisetas blancas con una cinta negra y estampada una fotografía de su familiar.
Pese al intenso calor, decenas de habitantes de Bojayá acompañaron el entierro final de 79 víctimas de la masacre. Hubo una peregrinación desde el lugar de velación hasta el mausoleo. Los familiares sostuvieron los cofres con los restos de sus hijos, padres y hermanos, muertos durante el lanzamiento de una pipeta a la Iglesia el 2 de mayo de 2002.
Los asistentes tenían puestas camisetas blancas con una cinta negra y estampada una fotografía de su familiar. El Cristo Mutilado, símbolo de la resiliencia de la comunidad de Bojayá, estuvo en todas las actividades de duelo. Los cantos afrocolombianos hicieron parte de los actos.
?| "Esto fue un golpe muy duro que a todos temorizó", en medio de alabaos la comunidad despidió a las víctimas de la masacre de #Bojayá tras 17 años de espera. #UnidosPorBojayá?️ #HonraALosSagradosEspíritus pic.twitter.com/b8gwvtDSaN
— Unidad Víctimas (@UnidadVictimas) November 18, 2019
El director de la Unidad Nacional de Víctimas, Ramón Rodríguez, destacó que, después de 17 años, se logró identificar a la mayoría de las personas fallecidas, aunque todavía quedan algunos desaparecidos.
Lea aquí: Modelo roba vehículo con niño adentro
"Estamos cerrando un capítulo con el entierro final de las víctimas, en una masacre que nunca debió ocurrir. El Gobierno logró entregar plenamente las víctimas, con el trabajo de la Fiscalía, Medicina Legal y la Unidad . Hay que avanzar en los procesos por los desaparecidos, porque todavía no sabemos dónde están y debemos trabajar en eso", señaló.
El acto de entierro final de las víctimas de #Bojayá es producto de la tenacidad de una comunidad que no se resignó a dejar a sus seres amados en el olvido o la indefinición. pic.twitter.com/Jjjo405Gi1
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) November 19, 2019
Los cofres blancos, con restos de niños, y cafés, con los de adultos, quedaron en el mausoleo construido para esta ocasión. Durante una semana, hubo rezos nocturnos, novenas y velación, actos de duelo que no se pudieron realizar después de la masacre, por los combates entre las Farc y los Paramilitares.
Lea además: Gobierno advierte que "actuará con contundencia" ante violencia en manifestaciones
Inminente riesgo
Un grupo de organizaciones sociales y la Diócesis de Quibdó advirtieron al Gobierno colombiano sobre el "inminente riesgo" de que ocurra una nueva masacre en el municipio de Bojayá, que en el 2002 vivió una de las matanzas más cruentas del conflicto armado colombiano.
"Cuando las comunidades afros e indígenas en el municipio de Bojayá nos disponemos a recibir los restos mortales de nuestros seres queridos que fueron vilmente masacrados el fatídico 2 de mayo de 2002 (...) se ciernen nuevamente hechos amenazantes de desplazamientos, confinamientos, masacres, torturas, desapariciones, reclutamientos", afirmó el sacerdote Sterling Londoño, de la Diócesis de Quibdó