MinInterior: si indígenas no levantan bloqueo de vías, Gobierno no regresará a la mesa
El ministro del Interior, Guillermo Rivera, destacó que se ha llegado a acuerdos parciales en los temas más importantes con los indígenas.
Rivera destacó que se han suspendido las conversaciones con los líderes indígenas y que el Gobierno ha solicitado el desbloqueo de la vía Panamericana para poder continuar con las negociaciones.
"Tenemos unos acuerdos parciales en los temas más importantes. Hemos suspendido las conversaciones y les hemos pedido el desbloqueo de la vía de comunicación. Ellos van a tomar una decisión, pero si no se levanta el bloqueo, el Gobierno no regresaría a la mesa de conversaciones", destacó el ministro del Interior.
El ministro del Interior aseguró que se discutirá con los indígenas la posibilidad de modificar un decreto, que es una de las exigencias fundamentales de los líderes de la movilización.
“Lo más importante es que podamos lograr un desbloqueo de la vía, si eso se logra, las personas que están a lado y lado de la carretera podrán regresar a sus lugares de origen o a sus actividades, muchas de ellas podrán ejercer su derecho al trabajo”, indicó.
El Gobierno se mostró optimista de lograr un acuerdo pronto con las comunidades.
Los líderes de los más de 100.000 indígenas que mantienen una protesta desde el pasado lunes en 26 departamentos de Colombia informaron que 36 comuneros han salido heridos y 4 han sido capturados por las autoridades, por lo que le exigieron a l Gobierno la instalación de una mesa de negociación nacional. “La Minga Nacional Indígena mantiene la llama en 19 puntos de concentración en el país con más de 100.000 indígenas indignados por la falta de garantías, incumplimiento de más de mil acuerdos y la violación y exterminio de los pueblos aún en tiempos de paz”, indicaron los manifestantes en un comunicado.
Hasta el viernes, cuando se cumplió el quinto día de protestas, el balance daba cuenta de “36 heridos y cuatro comuneros retenidos, entre ellos uno que está en proceso de judicialización en el municipio de Buenaventura”. Por lo anterior, los indígenas exigieron “la instalación de la Mesa de Negociación, en cabeza del presidente colombiano, Juan Manuel Santos; los ministros y todas las entidades e instituciones del Estado”. Al tiempo, solicitaron al Ministerio de Defensa “controlar el accionar desproporcionado e ilegal” de la fuerza pública en los puntos de concentración de la protesta.
Desde el pasado 30 de octubre, los aborígenes paralizan carreteras clave para el país como la Vía Panamericana a su paso por el departamento del Cauca, la región donde las comunidades ancestrales son más poderosas. La protesta indígena eleva la tensión social, principalmente en el sur del país donde el gobierno, bajo presión de Estados Unidos, intenta avanzar en la eliminación concertada o forzosa de narcocultivos ante el aumento de esos plantíos en 2016, cuando el país alcanzó el récord de 146.000 hectáreas sembradas con hoja de coca.
Los campesinos alegan la falta de alternativas para cambiar de actividad, pero el gobierno denuncia la presión de grupos armados dedicados al narcotráfico. Los indígenas representan el 3,4% de los 48 millones de colombianos, según estadísticas oficiales, y son junto con los negros la población más azotada por la violencia y la pobreza.