EE. UU. usa ADN para reunir a familias migrantes separadas en la frontera
Una decisión judicial dio al gobierno plazo hasta el martes 10 de julio para proceder a la reunificación de las familias migrantes.
Autoridades estadounidenses han comenzado a realizar exámenes de ADN para proceder a la reunificación de las familias de migrantes que fueron separadas en la frontera con México, gesto que un grupo defensor de inmigrantes calificó como "deplorable".
El secretario estadounidense de Salud, Alex Azar, reveló este jueves en una teleconferencia que están "haciendo pruebas de ADN para confirmar parentesco de forma rápida y precisa" para proceder a la reunificación familiar.
Una decisión judicial dio al gobierno plazo hasta el martes 10 de julio para proceder a la reunificación de las familias migrantes separadas debido a la política de "tolerancia cero" contra la inmigración ilegal adoptada en mayo.
De inmediato, la directora de comunicaciones del grupo de apoyo a migrantes RAICES, Jennifer Falcon, señaló en una nota oficial que la decisión de realizar pruebas de ADN era "deplorable".
"Es deplorable que estén usando la obligación de reunir niños para recolectar información sensible sobre cada niño. Esto permitirá al gobierno (estadounidense) conducir vigilancia sobre estos niños por el resto de sus vidas", dijo Falcon.
Los niños, "algunos con edad de apenas meses, no pudieron haber autorizado esto", señaló.
La nota de RAICES también se hizo eco de las denuncias sobre un caos generalizado en el control de las autoridades sobre dónde mantiene retenido a cada niño con relación a su familia correspondiente.
"Ellos nunca registraron padres y niños de forma apropiada", apuntó Falcon.
"Sabemos donde está cada niño"
Ante la avalancha de denuncias sobre los problemas para identificar los locales de detención de cada adulto y sus hijos correspondientes, Azar aseguró que las autoridades tienen informaciones concretas.
"El Departamento de Salud sabe la identidad y la localización de cada menor de edad bajo nuestra custodia" y actúa para proceder a la reunificación familiar "de la forma más rápida que sea posible", dijo.
"Es necesario ser muy claro sobre esto, porque sabemos dónde está cada niño y sabemos que está siendo bien atendido", aseguró.
Sin embargo, añadió, la realización de exámenes de ADN obedece a la necesidad de asegurar que los niños y menores de edad sean reunidos con familiares confirmados.
Azar, sin embargo, evitó ofrecer números concretos e insistió en que el número de niños que aún están bajo custodia de las autoridades migratorias es "menos de 3.000". Añadió, en cambio, que "alrededor de 100 tienen menos de cinco años de edad".
El plazo del martes para la reunificación familiar se aplica para esos niños menores de cinco años, y el resto deberá reencontrarse con sus familias antes del 26 de julio.
El alto funcionario confirmó que en general las autoridades estadounidenses tienen bajo su custodia a "unos 11.800" menores de edad.
De ellos, dijo Azar, "aproximadamente el 80% son adolescentes, en su mayoría varones", que ingresaron al territorio estadounidense sin compañía de adultos.
En tanto, el Departamento de Seguridad Interna (DHS, en inglés) informó este jueves que a raíz de la controvertida política de "tolerancia cero" a la inmigración ilegal, en junio se redujo el número de inmigrantes interceptados en la frontera con México con relación a mayo.
Combustible a las llamas
Mientras Azar hablaba con la prensa, sin embargo, el presidente Donald Trump arrojó más combustible a las llamas, con una serie de mensajes de Twitter donde opinó que a los migrantes simplemente es necesario decirles "que se vayan".
Según el mandatario estadounidense a los inmigrantes "hay que decirles '¡FUERA!' y se tienen que ir, de la misma forma que si estuviesen parados en nuestro jardín".
"Cuando las personas, con niños o sin niños, entran a nuestro país, hay que decirles que se vayan", expresó el mandatario, quien volvió a presionar al Congreso para que arregle las "demenciales" leyes migratorias.
La guardia fronteriza, afirmó el presidente, "está haciendo un buen trabajo, pero las leyes con las que tienen que trabajar son demenciales".
Trump volvió a presionar al Congreso para que apruebe una ley de reforma del sistema migratorio, a pesar del fracaso de un proyecto de ley en junio que tenía el apoyo explícito de la Casa Blanca.