El nobel Muhammad Yunus llega a Bangladesh para encabezar el gobierno interino
La primera ministra, Sheikh Hasina, huyó del país y renunció al cargo tras protestas
Muhammad Yunus, empresario y laureado con el Premio Nobel de la Paz, regresó a Bangladesh en un momento crítico para asumir el cargo de líder interino del país. Su llegada, que tuvo lugar el jueves por la tarde en el aeropuerto internacional Hazrat Shahjalal de Dacca, marcó el inicio de un nuevo capítulo en la turbulenta política bangladesí, tras el levantamiento que puso fin a los 15 años de gobierno de la ex primera ministra Sheikh Hasina.
El retorno de Yunus desde Francia fue recibido con una mezcla de esperanza y tensión. Al llegar al aeropuerto, fue recibido por el jefe militar de Bangladesh, el general Waker-Uz-Zaman, acompañado por líderes de la marina y la fuerza aérea. También estaban presentes algunos de los líderes estudiantiles que encabezaron el levantamiento contra Hasina, quienes propusieron a Yunus como líder interino ante el presidente de Bangladesh, Mohammed Shahabuddin. La seguridad en el aeropuerto era estricta, un reflejo de los disturbios que han sacudido al país desde que Hasina renunciara y abandonara Bangladesh el lunes anterior.
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En su primer discurso como líder interino, Yunus se dirigió al pueblo de Bangladesh con palabras emotivas, refiriéndose a la nación como "una gran familia". Expresó su esperanza de restaurar la calma y reconstruir el país tras el período de violencia y represión bajo el régimen de Hasina. "Mi primera palabra para ustedes es que protejan al país del desorden. Que lo protejan de la violencia para que podamos seguir el camino que nos han mostrado nuestros estudiantes", declaró Yunus, haciendo un llamado a la unidad y la paz.
El discurso de Yunus también incluyó un emotivo homenaje a Abu Sayeed, un estudiante de 25 años que fue asesinado por la policía durante una protesta en Rangpur el 16 de julio. Con la voz entrecortada, Yunus describió a Sayeed como “un joven increíblemente valiente”, un símbolo del sacrificio de la juventud bangladesí en su lucha por la libertad y la justicia.
El nombramiento de Yunus como líder interino fue el resultado de conversaciones entre funcionarios militares, líderes cívicos y activistas estudiantiles que habían liderado el levantamiento contra el gobierno cada vez más autocrático de Hasina. El general Zaman expresó su apoyo a Yunus en un discurso televisado el miércoles, donde manifestó su esperanza de que Yunus inaugure un "hermoso proceso democrático" en Bangladesh.
Yunus, conocido por su trabajo en el desarrollo de los mercados de microcrédito, lo que le valió el Premio Nobel de la Paz en 2006, ha sido durante mucho tiempo un crítico de Hasina. La ex primera ministra lo ha acusado de ser un "chupasangre", afirmando que utilizó la fuerza para obligar a los pobres, principalmente mujeres rurales, a pagar sus préstamos. Yunus ha negado enérgicamente estas acusaciones.
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En las semanas previas a la renuncia de Hasina, Bangladesh ha experimentado un aumento en la violencia, con más de 300 personas muertas en disturbios. La tensión culminó en el caos cuando las fuerzas de seguridad, abrumadas por los ataques, abandonaron sus puestos, lo que resultó en el saqueo de armas y el asesinato de docenas de agentes de policía. La situación se agravó con la huida de Hasina y la incertidumbre sobre el futuro del país.
En medio de este caos, el hijo de Hasina, Sajeeb Wazed Joy, ha prometido que su familia y el partido Liga Awami seguirán participando en la política de Bangladesh, a pesar de la caída de su madre. En un mensaje en redes sociales, Joy instó a los activistas del partido a levantarse y defender su legado: “No están solos. Estamos aquí. La familia de Bangabandhu no se ha ido a ninguna parte”. Este mensaje fue visto como un desafío directo al nuevo gobierno interino y una señal de que la familia de Hasina no se retirará del escenario político.
Mientras tanto, la población de Dacca y otras ciudades ha tomado medidas para protegerse en medio de la inestabilidad. Con la policía fuera de servicio, los ciudadanos han formado grupos de vigilancia para proteger sus barrios, armados con palos, barras de hierro y armas afiladas. Los informes de robos han aumentado, y se han utilizado altavoces en las mezquitas para alertar a la comunidad sobre posibles amenazas.
A nivel internacional, la situación en Bangladesh es observada con preocupación, especialmente en la vecina India. La inestabilidad en este país densamente poblado de 170 millones de personas tiene implicaciones estratégicas en la región, dado el alto desempleo, la corrupción endémica y las complejas relaciones con potencias como India, China y Estados Unidos.