Elecciones parlamentarias en Georgia: ciudadanos acudirán a las urnas
Elecciones cruciales en Georgia: ¿rumbo prooccidental hacia la UE o cercanía con el Kremlin? GD vs. oposición unida por futuro europeo.
Los georgianos acuden a las urnas en un momento crucial que podría cambiar el curso geopolítico del país. Estas elecciones parlamentarias, celebradas el sábado, enfrentan a los votantes entre dos opciones: un rumbo prooccidental hacia la Unión Europea (UE) y una mayor cercanía con el Kremlin bajo el partido gobernante, Sueño Georgiano (GD). Desde 2012, GD ha liderado el país, impulsando políticas conservadoras y manteniendo una postura ambigua ante la integración europea.
GD, liderado indirectamente por Bidzina Ivanishvili, un multimillonario que hizo su fortuna en Rusia, ha intensificado las tensiones entre el este y el oeste. Aunque Ivanishvili no ocupa un cargo oficial, su influencia es vasta y evidente. Con una fortuna estimada en 7.500 millones de dólares en un país con un PIB de 30.000 millones, sus palabras en las urnas reflejan la polarización actual: "Esta elección es una decisión entre un gobierno para 'el pueblo georgiano' o un 'agente de un país extranjero'".
Las campañas de GD han presentado a la oposición prooccidental como un riesgo de inestabilidad y conflicto similar al de Ucrania, lo que ha resonado en un país que aún guarda cicatrices de la guerra con Rusia en 2008. Las inquietudes sobre las consecuencias de provocar al Kremlin han llevado a algunos georgianos a buscar una postura más neutral, mientras que otros creen que acercarse a Europa es esencial para garantizar un futuro democrático y menos autoritario.
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La oposición: un intento de unión frente a la hegemonía del GD
La oposición ha mostrado una estrategia unificada y ha formado cuatro bloques proeuropeos que respaldan la carta georgiana, una iniciativa promovida por la presidenta prooccidental Salomé Zourabichvili. Este pacto insta a impedir que el GD forme coaliciones de gobierno. Entre los bloques opositores destaca el Movimiento Nacional Unido (UNM), dirigido por Tinatin Bokuchava, quien declaró: "Estoy segura de que los georgianos optarán por el futuro europeo". La idea de un gobierno de coalición sería, según los líderes opositores, la vía para poner a Georgia nuevamente en el camino de la UE.
Sin embargo, los desafíos de la oposición son grandes. La estructura administrativa del GD es sólida, y sus críticos advierten sobre el uso de "recursos administrativos", una expresión que engloba tanto la presión sobre empleados públicos para que voten como la entrega de incentivos en efectivo, sobre todo en áreas rurales. La UNM ha denunciado casos de intimidación y manipulación en redes sociales y ha reportado “decenas, si no cientos” de presuntas violaciones electorales, lo cual agrava las sospechas de fraude.
Una campaña basada en valores tradicionales y tensiones sociales
El GD ha basado su campaña en temas profundamente conservadores, alineándose con los valores de la influyente Iglesia Ortodoxa y promoviendo una retórica anti-LGBTQ+. A mediados de año, el parlamento aprobó restricciones a los derechos de esta comunidad, similares a las impuestas en Rusia. Estas medidas han reforzado el apoyo de algunos votantes que buscan preservar "tradiciones" y evitar lo que perciben como los "excesos occidentales". "Dejemos que Europa tenga sus libertades; no necesitamos desfiles gay en este país", afirmó Elene Kiknadze, una votante de 74 años que apoya a GD.
Sin embargo, para muchos jóvenes y habitantes urbanos, esta postura no es representativa del futuro que desean para Georgia. Mariam Khvedelidze, una estudiante de 23 años, expresó su preocupación al señalar: “Nuestra democracia y nuestro futuro en Europa están en juego. No podemos convertirnos en marionetas del Kremlin”. Este sentimiento refleja el apoyo que los bloques proeuropeos encuentran en los centros urbanos, donde la ciudadanía visualiza su futuro ligado a la UE.
La incertidumbre sobre los resultados de las elecciones es considerable. Las encuestas patrocinadas por GD predicen una victoria contundente para el partido, mientras que los sondeos de medios favorables a la oposición sugieren que el GD podría perder su mayoría. Observadores anticipan que GD probablemente se consolidará como el partido más grande, aunque podría no alcanzar una mayoría absoluta, lo cual dificultaría la formación de un gobierno estable, dado que los bloques opositores se niegan a colaborar con él.
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De darse un desenlace favorable al GD, este seguiría marcando una línea conservadora que podría alejar a Georgia de sus aspiraciones europeas. Pero si la oposición logra impedir que GD forme gobierno, el país podría regresar a un curso proeuropeo, impulsado por una coalición que buscaría la integración con la UE. Para muchos, esta elección representa el punto de inflexión en la historia política moderna de Georgia, con posibles protestas si la oposición considera que los resultados han sido manipulados.