"Estaba seguro que la verdad vencería y ese día llegó": Lula da Silva
Aseguró que no guarda rencores a nadie, pero señaló que la "presión" judicial en su contra deterioró la salud de su fallecida esposa.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este miércoles haber sido "víctima de la mayor mentira jurídica" en 500 años de historia de Brasil, en su primer pronunciamiento después de que un juez de la Corte Suprema anuló las condenas de cárcel que pesaban en su contra.
"Estaba seguro de que la verdad vencería y ese día llegó", afirmó el exmandatario, en su primera comparecencia ante los medios de comunicación desde la anulación de sus condenas, y la primera desde la irrupción de la pandemia.
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El exmandatario aseguró que no guarda rencores a nadie, pero señaló que la "presión" judicial en su contra aceleró el accidente cardiovascular que acabó provocando la muerte de su esposa, Marisa Letícia Rocco.
También recordó que fue impedido por las autoridades de acudir al entierro de su hermano Genival Inácio da Silva, mientras estuvo en prisión, en la sede de la Policía Federal de la ciudad de Curitiba, donde estuvo recluido 580 días.
"Si hay un brasileño que tiene razones y muchos y profundos rencores soy yo, pero no tengo porque el sufrimiento por el que está pasando el pueblo brasileño, las personas pobres en este país, es infinitamente mayor que cualquier crimen que cometieron contra mí", manifestó Lula, en la sede del sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo, su cuna política.
"No hay mayor dolor que levantarse cada mañana y no tener un café, un panecillo para el desayuno", añadió.
En su discurso también agradeció la "solidaridad" del mandatario argentino, Alberto Fernández, el papa Francisco y otros líderes mundiales.
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Lula citó también en una larga lista de "agradecimientos" al expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, al exmandatario boliviano Evo Morales y al Foro de Sao Paulo, que reúne a partidos de la izquierda latinoamericana.
De todos ellos, dijo haber recibido "constantes pruebas de solidaridad", sobre todo durante los 580 días que pasó en la prisión por unas condenas que fueron anuladas el pasado lunes por un juez de la Corte Suprema, quien consideró que el tribunal que condenó a Lula no tenía competencia legal para juzgarlo.
Su primera mención fue para el presidente argentino, de quien dijo que en 2019 "tuvo la decencia y el coraje, como candidato a la presidencia de su país contra la extrema derecha", de visitarlo en la celda que ocupaba en la sede de la Policía Federal en Curitiba.
"Le pedí que no diera entrevistas para no ser perjudicado por la derecha, pero me dijo: Lula, no tengo problemas con lo que vayan a decir, porque yo sé que tú eres víctima de la mayor mentira vista en la política de América Latina", detalló.
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También reveló que Fernández "fue el primero" que lo llamó por teléfono el pasado lunes, después de que el juez Edson Fachin, de la Corte Suprema, anuló todas las condenas a prisión en su contra y determinó que los juicios sean realizados nuevamente, pero en tribunales de Brasilia.
Sobre el papa Francisco, Lula recordó que, cuando estaba en la cárcel, "mandó un persona" a visitarlo con una carta y que luego lo recibió en el Vaticano, una vez que recuperó su libertad por un cambio de jurisprudencia en las normas que rigen la prisión de un condenado.
"El hecho de que el papa me recibiera en el Vaticano no fue para una larga conversación sobre mi caso, sino sobre la lucha contra la desigualdad, que es el mayor mal que existe hoy en el planeta Tierra", afirmó Lula.
La anulación de las condenas, que en total sumaban casi 26 años, también le ha devuelto al exmandatario sus derechos políticos y abre la posibilidad de que sea nuevamente candidato a la Presidencia en 2022, cuando el actual gobernante, el ultraderechista Jair Bolsonaro pretende renovar su mandato.