Israel comienza una nueva etapa tras 12 años de Netanyahu en el poder
Benjamin Netanyahu fue el primer ministro más longevo de la historia.
Tras 12 años de reinado ininterrumpido de Benjamin Netanyahu, Israel empezó este lunes la semana con un nuevo primer ministro, el ultraderechista Naftali Bennett, al frente de una dispar coalición de gobierno que deberá encarar múltiples desafíos.
Con 60 diputados a favor de la nueva "coalición del cambio" y 59 en contra (de los 120 en la Knéset), el Parlamento israelí pasó el domingo la página de Netanyahu, el primer ministro más longevo de la historia.
Naftali Bennett, de 49 años, toma las riendas de un gobierno variopinto de 26 ministros, que representan un amplio espectro ideológico, de la izquierda a la derecha e incluye a un partido árabe. Su único punto de unión era sacar del poder a Netanyahu, juzgado por corrupción.
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La coalición deberá encontrar compromisos sobre múltiples cuestiones, como la recuperación económica, la colonización israelí en los Territorio Palestinos ocupados e incluso el delicado tema de la relación entre el Estado y la religión.
El primer reto ya llegará el martes, con una manifestación prevista por la extrema derecha en Jerusalén Este, sector palestino ocupado desde 1967 y anexionado por Israel.
El movimiento islamista Hamas, en el poder en el enclave palestino de Gaza, ya amenazó con tomar represalias si la marcha llega cerca de la Explanada de las Mezquitas. Dijo también que el nuevo gobierno no cambia "nada" en sus relaciones con Israel.
Para la Autoridad Palestina, en Cisjordania ocupada, la salida de Netanyahu marca "el fin de uno de los peores periodos del conflicto" israelo-palestino, en palabras del primer ministro Mohamed Shtayyeh.
"Trabajar duro"
Benjamin Netanyahu se reunió brevemente por la tarde con Naftali Bennett, su antiguo aliado, en la oficina del primer ministro en Jerusalén, y luego con los jefes de los partidos de la oposición que ahora lidera.
"Tenemos una oposición fuerte", decidida a "hacer caer este peligroso gobierno de izquierdas, este gobierno de la estafa que caerá rápidamente", dijo Netanyahu en un comunicado. "Y les diré por qué: lo único que les une es el odio, el rechazo y el ansia de poder".
Según el acuerdo de coalición, Bennett, jefe del partido de derecha radical Yamina, dirigirá esta frágil coalición durante dos años. Luego cederá el cargo al centrista Yair Lapid.
En las últimas legislativas de marzo, el conservador Likud fue el partido más votado, pero Netanyahu no logró formar gobierno. El líder opositor Yair Lapid sí lo consiguió, creando una coalición con dos partidos de izquierda, dos de centro, tres de derecha y, en un hecho rarísimo, el partido árabe Raam, de Mansur Abas.
"Esta mañana marca el alba de un nuevo día. Es la mañana de un trabajo difícil, a veces digno del trabajo de Sísifo para reconstruir las ruinas", afirma el comentarista político Ben Caspit en el diario Maariv.
"El deseo de numerosos israelíes es vivir en paz, sin incitación a la violencia, sin odio y sobre todo sin las mentiras interminables que Netanyahu ha dejado en herencia", prosigue.
El domingo por la noche, multitudes de israelíes celebraron la salida de Netanyahu del poder en Jerusalén, en las afueras de la Knéset y en la emblemática plaza Rabin de Tel Aviv.
Sin cambios
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar.
El primer jefe de Estado en manifestarse fue el estadounidense Joe Biden, que felicitó inmediatamente a Bennett en un comunicado en el que dijo tener "prisa por trabajar" con él. Estados Unidos es el un gran aliado de Israel.
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En cambio, para Irán, archienemigo de Israel, todo sigue igual. "No creo que la política del régimen de ocupación en Jerusalén cambiará con la llegada de esta persona o la salida de aquella otra", dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní Said Khatibzadeh.
En su último día en el poder, Netanyahu recordó al Parlamento los logros de su gestión: la "normalización" de relaciones con varios países árabes, la inserción internacional de la economía israelí y su línea dura con Irán.
Al presentar las grandes líneas de su gobierno, Bennett afirmó que su coalición no dejará que Irán "se dote de un arma nuclear".
"Este gobierno comienza su trabajo con la más grave de las amenazas a la seguridad", dijo a propósito de Irán, asegurando que su país "se reserva una libertad total de acción" contra su enemigo jurado, que niega buscar una arma atómica.