Joven se practicó una cirugía de cambiar de sexo y luego se arrepintió: "¿Qué he hecho?"

Un duro drama ha vivido Ritchie Herron, de 35 años, desde que tomó la decisión de someterse a varias cirugías para cambiarse de sexo, pero lo más insólito del caso es que tras cuatro años de los procedimientos, se arrepintió. 

A través de sus redes sociales, este británico compartió su historia, y además contó en entrevista para el Daily Mail que desde ese momento que quiso revertir la situación ha sentido depresión, ansiedad y trastornos obsesivos, luego de intentar reprimir su ahora orientación sexual. Ocultando así sus problemas de enfrentar el día a día. 

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Según explicó, en el año 2012 comenzó a buscar ayuda de profesionales de la salud mental, ya que su deseo era comenzar cuanto antes con el tratamiento para que se diera el cambio de sexo. No obstante, un tratamiento psiquiátrico no lo terminaba de convencer del todo para tomar la decisión que tenía entre sus planes. 

Desde ese momento comenzó con un tratamiento hormonal, el cual consistía en tomar varios medicamentos, esto lo llevó a que los médicos lo diagnosticaran con transexualismo con tan solo dos visitas al centro especializado. 

Tras muchas dudas sobre lo que se iba a realizar, fue finalmente en el año 2015 cuando tomó la decisión de hacerse una vaginoplastia y confiado por la decisión que tomó dijo que “Ni siquiera vi al cirujano. Estaba muy en la mentalidad de 'Estoy aquí ahora, no hay forma de detenerlo, incluso si quisiera'". 

Sin embargo, su drama comenzaría horas después de la cirugía, ya que al despertar lo que se cuestionó fue “"'Oh, Dios, ¿qué he hecho?'". En ese preciso instante decidió interponer una demanda contra el centro médico que lo trató señalando que los profesionales de la salud no identificaron las señales de alerta y redireccionaron su decisión.  

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Por último, este joven dejó una dura reflexión donde mencionó que “es necesario prestar la debida atención a cuestiones como el TOC, la homofobia interiorizada, la depresión, el consumo de drogas, el abuso sexual y los traumas infantiles como motivos potenciales para que los pacientes rechacen su cuerpo”