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Michel Bariner asume como primer ministro de Francia en medio de tensiones políticas

La coalición de izquierda ganó las elecciones legislativas pero el presidente Macron designó un primer ministro de su partido

Publicado:
Actualizado:
Domingo, Septiembre 8, 2024 - 09:15
Michel Barnier
El nuevo primer ministro francés, Michel Barnier, enfrenta protestas y críticas desde ambos lados del espectro político. La izquierda denuncia un golpe de fuerza, mientras que la extrema derecha promete vigilancia.
AFP

El recién nombrado primer ministro francés, Michel Barnier, ha tenido que afrontar, desde su designación, ataques provenientes de ambos lados del espectro político. La izquierda, liderada por La France Insoumise, llamó a manifestarse en las calles de varias ciudades para denunciar lo que consideran "un golpe de fuerza". Mientras tanto, la extrema derecha, encabezada por el Rassemblement National, asegura que mantendrá al nuevo gobierno "bajo vigilancia".

Barnier, de 73 años, ha sido una figura clave en la política europea, reconocido por su papel como negociador en jefe de la Unión Europea para el Brexit. Como miembro del partido de centro-derecha Les Républicains, fue la elección final del presidente Emmanuel Macron, quien lo designó para encabezar el gobierno después de un largo período de incertidumbre política que siguió a las elecciones legislativas de julio. Su nombramiento marca el inicio de una nueva etapa política en Francia, pero no ha sido bien recibido por todos los sectores.

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La primera prueba para Barnier llegó rápidamente, ya que pocos días después de su nombramiento, la izquierda radical convocó a manifestaciones en todo el país. En París, la protesta reunió a unas 26.000 personas según la policía, aunque los organizadores afirmaron que participaron 160.000 manifestantes. A nivel nacional, la discrepancia fue aún mayor: las autoridades contaron 110.000 manifestantes en todo el país, mientras que los organizadores elevaron la cifra a 300.000.

Los manifestantes dirigieron su ira principalmente hacia el presidente Macron, a quien acusaron de perpetrar un "coup de force democratique". Esta expresión refleja la frustración de la izquierda por no haber visto a Lucie Castets, candidata del Nuevo Frente Popular, ser designada como primera ministra. El Frente Popular, una coalición de fuerzas de izquierda, obtuvo 193 escaños en las elecciones legislativas, quedando como la mayor fuerza política en la Asamblea Nacional, pero sin alcanzar la mayoría absoluta. La Cámara quedó dividida en tres grandes bloques: izquierda, centro-derecha y extrema derecha, generando un ambiente político sumamente fragmentado.

Jean-Luc Mélenchon, líder de La France Insoumise, se mostró particularmente crítico. Desde un camión en la marcha en París, declaró: "La democracia no es solo el arte de aceptar haber ganado, es también la humildad de aceptar perder". Con esta afirmación, Mélenchon dirigió un mensaje directo a Macron, a quien acusa de ignorar la realidad política surgida de las elecciones.

Por su parte, la líder ecologista Marine Tondelier también alzó su voz de protesta, acusando a Macron de ofrecer una provocación en lugar de una cohabitación política. "No nos vamos a resignar", aseguró durante una entrevista, insistiendo en que la izquierda seguirá presionando para ser escuchada.

En paralelo, la extrema derecha también ha sido vocal en su descontento. Jordan Bardella, líder del Rassemblement National, advirtió que su partido estará atento a las decisiones del nuevo gobierno y que Barnier será "un primer ministro bajo vigilancia". Con 126 diputados, el RN se ha consolidado como una fuerza política importante en la Asamblea, y Bardella dejó en claro que su partido jugará un rol clave en los próximos meses, evaluando cada acción del nuevo gobierno.

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Sin embargo, Barnier ha intentado desmarcarse de estas acusaciones. Durante su primera visita oficial como primer ministro al hospital Necker en París, respondió: "Estoy bajo la vigilancia de todos los franceses", en referencia a las críticas de Bardella. También rechazó la idea de un "golpe de fuerza", insistiendo en que su objetivo es unir al país y avanzar en un proyecto de acción gubernamental sólido.

Fuente:
Sistema Integrado de Información y AFP