Protestas de activistas contra incendios y deforestación de la Amazonía brasileña
Los primeros diez días de agosto se han detectado 10.136 incendios en toda la Amazonía brasileña.
Grupos ecologistas y activistas se han concentrado este viernes ante la Embajada brasileña en Madrid para respaldar la convocatoria mundial lanzada por Fridays For Future Brasil que pretende denunciar los incendios en la Amazonía y la importación de productos responsables de deforestación.
Los miembros de Fridays for Future Madrid y la campaña estatal 'No a los Tratados de Comercio e Inversión' han protestado contra "la pasividad de la comunidad internacional" ante la desaparición "de esta selva húmeda" que, aseguran desde Juventud por el Clima, es "uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta" y constituye "el segundo mayor pulmón del mundo".
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Según los datos facilitados por los activistas, los primeros diez días de agosto se han detectado 10.136 incendios en toda la Amazonía brasileña, lo que supone un 17 % más que los registrados el año pasado en ese mismo periodo y es "la cifra más alta en la última década".
Al mismo tiempo, han recordado que el fuego contribuye a la deforestación ilegal que destruyó, afirman, "alrededor de 10.000 kilómetros cuadrados de selva" durante el primer semestre de 2019 y que ha contribuido a que se establezcan "cultivos de soya, caña de azúcar o pastos para ganado".
Bajo el lema 'SOS Amazonia' y 'Sin Amazonía No Hay Futuro', también han impelido al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a que detenga "su política de destrucción de la selva amazónica" y a que respete los derechos humanos de los pueblos originarios de Brasil que, según señalan, han sido expulsados y desplazados de sus tierras por "los incendios y el avance de la agroindustria".
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Otra de las reivindicaciones centrales ha sido que el gobierno de España ponga fin al acuerdo comercial entre la UE y los países del bloque Mercosur, ya que "promoverá y facilitará la importación de tres productos responsables de la deforestación amazónica: carne de vacuno, soya para alimentar ganado y caña de azúcar destinada a fabricar biocombustibles", según los ecologistas.
Este acuerdo "no contiene ningún mecanismo sancionador en lo relativo a los derechos humanos, el clima o el medio ambiente", concluyen.