Venezuela vive la peor temporada de vacaciones
Altos precios y fallas en servicios públicos han provocado la caída de la ocupación hotelera a mínimos históricos.
Salir de vacaciones en Venezuela parece ser un recuerdo para millones de venezolanos. Hoy registra lo que se considera como la peor temporada vacacional de los últimos años, con una marcada caída de ocupación en hoteles y posadas de más de 50% en comparación a 2018.
Los pocos que salen han cambiado hábitos, tanto de consumo de bienes y servicios como en la cantidad de días de disfrute, frente a una galopante crisis marcada por una histórica inflación.
Leudo González, director de Consejo Superior del Turismo, mostró su pesar por las cifras que hasta ahora acumulan, luego de la llamada temporada alta y faltando menos de dos semanas para que se dé por terminada la época vacacional. Reporta menos ocupación de hoteles y posadas, incluso a niveles inferiores a los de 2018, un año considerado como deficiente para el sector.
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“Las cifras que se manejan estarían en el orden de destinos por excelencia de 30-35% en general (…) el año pasado tuvimos en promedio alrededor de 55% o 60%, es decir estamos hablando de una caída estrepitosa, pudiera decirse que estamos solo 50% del año pasado”, remarcó.
No duda en catalogar las cifras como reflejo de la “peor” temporada vacacional en Venezuela durante los últimos años, aunque espera que antes del 15 de septiembre, siendo temporada baja, algunos se atrevan a distraerse.
“¿Puede ser el peor año? Yo creo que sí. Las expectativas en junio o julio, cuando empezaba la temporada de vacaciones, eran malas. Pero yo siento que este ha sido uno de los peores años de ocupación en toda Venezuela”, enfatizó.
Reportó además nuevas “tendencias” por parte de los pocos vacacionistas, que se ven obligados a recortar gastos, aunque signifique menos tiempo de distracción.
“En las últimas temporadas (…) la pernocta ha bajado de 15 días a 10 días, luego una semana y ahora tres o cuatro días cuando mucho. Además, se está viendo una tendencia de tratar de ubicar lugares de alojamiento que permitan llevar comidas y bebidas, para lograr ahorros importantes, pero afecta la economía de las zonas”, destacó.
La noche en un hotel de tres estrellas ubicado en destinos tradicionales, como la famosa Isla de Margarita al oriente de Venezuela, representa unos treinta dólares, pero se incrementan los costos para el traslado.
“Los pasajes a Margarita, por ejemplo, están en promedio entre 50-60 dólares. Una familia de cuatro personas debe destinar 240 dólares en pasajes y unos 150 por estadía, ya que el promedio de cuatro días”, calcula González.
También señala que los viajes cortos se han acentuado, conocidos como “ida por vuelta”, pero sin representar consumos en restaurantes ni en sitios de comida locales.
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En la incoherente cadena que priva en Venezuela de concesionarios sin vehículos, panaderías sin pan y comercios sin productos, se suma la de hoteles sin clientes. Muchos han tenido que cerrar sus puertas.
“Pudiera decir que hay momentos que las ocupaciones son tan bajas que llegan a niveles inferiores al 10 %. En una posada de cinco o seis habitaciones, se alquila una. Es muy posible además que hayan pasado días que no haya ocupaciones de, aunque sea, una habitación”, concluyó.
La boletería aérea ha caído 60%, según la Asociación Venezolana de Agencias de Viaje y Turismo. Otro factor a tomar en cuenta es que muchos destinos turísticos están afectados por fallas en servicios básicos, como agua, electricidad y la falta de combustible, que además frena los viajes por carretera.