Piden condenar a los hermanos Francisco y Catalina Uribe Noguera

En los alegatos de conclusión señaló que al revisar los elementos materiales probatorios se pudo hacer una línea de tiempo que refleja "un acercamiento bastante razonable" sobre su participación en los hechos materia de investigación, es decir, la ocultación de información. 

En su intervención, la fiscal del caso aseguró que pese a que tuvieron contacto directo con Rafael Uribe Noguera en su apartamento ubicado en el nororiente de Bogotá en esa trágica tarde, les manifestaron a los agentes del Gaula en repetidas oportunidades que ellos lo seguían buscando puesto que no habían obtenido ningún tipo de respuesta ante las insistentes llamadas.

No fue hasta que lo trasladaron a una clínica especializada en enfermedades del sistema nervioso ubicada en el norte de Bogotá que no le informaron a las autoridades que la menor que estaban buscando se encontraba en el apartamento 603 del edificio Equus 66 en donde vivía su hermano.

Considera que con su actuar afectaron la investigación, puesto que pese a saber el lugar exacto donde se encontraba Rafael y la camioneta en la que había sido raptada la niña de siete años de prisión no entregaron ningún dato a los agentes.

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Igualmente reseñó que los peritos del CTI de la Fiscalía General que declararon en el juicio coincidieron en afirmar que los chats y registros de llamadas fueron borrados por Francisco Uribe Noguera, quien siendo abogado sabía que este tipo de actividades representaba un delito y una obstrucción a la justicia.

Llamó la atención sobre el hecho que el mismo Francisco reconoció en su declaración bajo la gravedad de juramento haber encontrado la camioneta en el parqueadero del edificio Equus 66 vio el zapato blanco de una niña.

Debido a esto la Fiscalía General le pidió al juez que emita una sentencia en contra de los dos procesados por el delito de encubrimiento en secuestro.