¿Cuándo debe realizar cambio de sus prótesis mamarias?

En la incansable búsqueda de la belleza y la confianza personal, cada vez más personas deciden recurrir a procedimientos quirúrgicos estéticos para mejorar su apariencia. Uno de los más populares es el aumento de senos, que promete aumentar la confianza y la satisfacción con el propio cuerpo. Sin embargo, en medio de esta tendencia estética, ha surgido una preocupación en relación a un síndrome poco conocido pero altamente intrigante: el síndrome de Asia. Este trastorno autoinmune ha captado la atención de médicos, científicos y pacientes, debido a las sospechas de su posible relación con las prótesis mamarias utilizadas en la cirugía de aumento de senos.

Armando Peña Herrera, cirujano plástico estético y reconstructivo de la Clínica Medicadiz, en Ibagué, y miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, afirma que esta presunta asociación ha suscitado un debate acalorado y ha generado inquietudes en aquellos que están considerando someterse a esta intervención. Explica que se ha planteado la hipótesis de que ciertos adyuvantes, como la silicona y otros materiales presentes en las prótesis mamarias, podrían desencadenar una respuesta autoinmune en algunas personas, lo que a su vez podría llevar al desarrollo de síntomas y enfermedades autoinmunes.

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“Para las mujeres que están considerando la colocación o explantación de prótesis mamarias, es importante tener en cuenta que existe un posible riesgo de enfermedad de los implantes. Sin embargo, este no es tan común, y sucede en muy pocas mujeres, por lo que las pacientes que deciden someterse a la cirugía, pueden hacerlo libremente y sin problemas”, agrega.

El especialista también reitera que hasta la fecha, no se ha establecido una relación causal sólida entre las prótesis mamarias y este síndrome por lo que los estudios científicos continúan siendo necesarios para arrojar luz sobre esta posible conexión. Mientras esto ocurre, Peña Herrera proporciona una visión más clara y objetiva sobre este controvertido tema en aras de que las personas puedan tomar decisiones informadas y conscientes sobre su salud y bienestar.

Sobre el proceso de explantación

En los últimos años, ha habido un aumento en la popularidad de la explantación de prótesis mamarias, que es la cirugía para retirar los implantes mamarios. Esta tendencia se ha dado principalmente debido a preocupaciones relacionadas con la salud y el bienestar, así como a preferencias estéticas y cambios en las percepciones de belleza y feminidad.

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El cirujano Armando Peña afirma que existen varias razones por las que las mujeres eligen someterse a la explantación de prótesis mamarias. Algunas pueden experimentar complicaciones relacionadas con los implantes, como la contractura capsular (formación de tejido cicatricial alrededor del implante), ruptura del implante, cambios en la forma o la posición de los implantes, o síntomas como dolor, incomodidad o malestar en el área mamaria.

En cualquiera de estos casos, la opción más recomendada es la explantación. Pero como toda cirugía puede conllevar a pequeños riesgos, como infección, dehiscencia de suturas, hematomas y posibles resultados estéticos desfavorables, especialmente si se requiere una cirugía plástica reconstructiva adicional.

“En el consultorio, a menudo nos plantean la pregunta sobre cómo preservar la apariencia del busto tras este procedimiento. Es fundamental explicar a las pacientes que el resultado dependerá de cómo queden los senos. En casos donde el seno sea pequeño y cuente con poco tejido mamario, lo más recomendable desde una perspectiva estética es considerar la colocación de un nuevo implante. Sin embargo, si la paciente presenta un busto caído y flácido pero aún cuenta con tejido, es posible reconstruir el seno utilizando una técnica de mamoplastia con pedículos y grasa sin prótesis mamaria”, asegura el cirujano plástico.

Por último, vale la pena destacar que el tiempo de recuperación varía dependiendo del tipo de cirugía realizada. En el caso de una explantación sin cirugía reconstructiva, suele ser de aproximadamente un mes. Sin embargo, si se lleva a cabo una cirugía adicional, puede extenderse a alrededor de un mes y medio. “Es importante tener en cuenta que este es solo un estimado y el tiempo de recuperación puede variar según las características individuales de cada paciente”, concluye el especialista.