¿Es posible meditar sin dejar la mente en blanco? Aquí le contamos los consejos de un monje budista
Descubre las claves del monje Thubten Wangchen para la meditación y encontrar la paz interior en un mundo tan acelerado.
En un mundo acelerado y ruidoso, donde la calma parece un bien escaso, la meditación se presenta como un oasis de paz interior. Alcanzar ese estado de quietud mental no siempre es sencillo. El monje budista Thubten Wangchen, en una reciente entrevista con la creadora de contenido Judith Tiral, ofrece algunas claves para desmitificar la meditación y guiar a quienes buscan sus beneficios.
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Olvídate del 'poner la mente en blanco': Wangchen enfatiza que la meditación no se trata de vaciar la mente, como muchos erróneamente creen. En cambio, propone enfocarse en pensamientos positivos, ya sea hacia uno mismo o hacia los demás.
¿Cuáles son los pasos para una correcta meditación según el monje budista Thubten Wangchen?
Antes de iniciar la meditación, busca un lugar tranquilo donde puedas sentarte cómodamente. Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Inhala y exhala profundamente, sintiendo el aire entrar y salir de tu cuerpo.
La paciencia es clave
El monje budista resalta la importancia de cultivar la paciencia, un valor que, según él, escasea en las sociedades occidentales. La meditación requiere práctica y constancia, no esperes resultados inmediatos.
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Acepta las distracciones
No te frustres si tu mente divaga. Es natural que durante la meditación surjan pensamientos intrusivos. Acéptalos sin juzgarlos y, suavemente, regresa tu atención a la respiración o al pensamiento positivo que hayas elegido.
Meditar no es aislarse del mundo
Wangchen aclara que la meditación no se limita a un lugar o momento específicos. Puedes meditar en cualquier lugar, incluso en medio del bullicio de la ciudad. La clave está en mantener la atención en tu interior, sin dejarte llevar por los estímulos externos.
Por último, el monje hace énfasis en que la meditación es un camino personal, no una competencia. Se avanza a un propio ritmo, disfrutando del proceso y celebrando cada pequeño logro.