Científicos hallan misterioso "portal a otro mundo" en una cueva milenaria: hay restos humanos
En este lugar se encontraron cráneos y algunos elementos de "hechicería y brujería".
Unos investigadores que revisaban la cueva Te'omim, ubicada en Jerusalén, encontraron lo que sería un "portal al inframundo", que era utilizado en la época de los romanos para hacer rituales e intentar comunicarse con los dioses.
Este lugar funcionaba para hacer devoción a las deidades ctónica -dioses o espíritus del inframundo- por medio de diferentes ceremonias y elementos que utilizaban los romanos.
Esta cueva está ubicada al oeste de Jerusalén y en ella hay un acceso que da a una cámara en el interior de 50 por 70 metros. Allí, los científicos encontraron armas, lámparas de aceite, cráneos humanos y diferentes artefactos que habrían sido utilizados para las "ceremonias de nigromancia".
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Investigadores isrraelis dijeron a la revista Harvard Theological Review que “las lámparas de aceite, las armas, los cráneos humanos y otros artefactos hallados probablemente se usaron como parte de las ceremonias de nigromancia que tenían lugar en la cueva durante el período tardorromano. La cueva pudo haber servido como oráculo local (nekyomanteion)”.
A new study discusses the possibility that the oil lamps, weapons, human skulls, and other artifacts found in the Te’omim Cave were used as part of necromancy ceremonies during the Late Roman period, and that the cave may have served as a local oracle (nekyomanteion).
— Ticia Verveer (@ticiaverveer) July 17, 2023
Photo: B.… pic.twitter.com/7P6fee0QKj
De igual forma, los autores de la investigación dijeron que estos ritos eran relacionados con la "nigromancia y la comunicación con los muertos", por esto se encontraron algunos cráneos humanos, que serían utilizados en estas ceremonias.
Por esta razón, el estudio indica que la cueva tiene "todos los elementos físicos y de culto necesarios para servir como un posible portal al inframundo”, pues estos elementos se usaban para magia y hechicería.
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Los ritos solían hacerse en cuevas, lugares cercanos a fuentes de agua, tumbas o funerarias, pues se tenía la creencia de que allí era la forma más efectiva para abrir un portal al inframundo.
Las más de 120 lámparas fueron colocadas alrededor del siglo II y IV después de Cristo, pero las armas y los otros elementos que se encontraron allí, fueron colocados tiempo antes, pues los romanos siempre habían intentado comunicarse con los dioses sin importar el medio.