Papa Francisco estuvo presente en la crisis del Catatumbo con oraciones y ayuda humanitaria
Desde el envío de alimentos hasta los llamados al diálogo, el papa Francisco mostró una preocupación constante por el Catatumbo.

“Creo que la muerte del papa en una fecha tan importante como la Pascua es una bendición. Esta celebración tiene un gran significado para nosotros los cristianos, porque reafirma que existe la vida eterna después de la muerte”, expresó monseñor Israel Bravo, obispo de la diócesis de Tibú.
El obispo señaló que el fallecimiento del sumo pontífice no fue una sorpresa, ni para él mismo. “Siempre estuvo preparado para el encuentro con el Padre. Así lo demostró con su actuar diario, dando lo mejor por los más necesitados y defendiendo la justicia social hasta sus últimos días, a pesar de sus problemas de salud”, dijo.
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Un legado de cercanía y compromiso social
Monseñor Bravo agregó que el papa Francisco mostró con su vida la importancia de vivir el Evangelio, destacando siempre la sencillez como parte esencial de su legado, el cual —afirmó— debe ser aprovechado al máximo.
Desde el inicio de la crisis humanitaria en el Catatumbo, a mediados de enero de este año, el papa Francisco estuvo presente con sus oraciones y apoyo a través de la entrega de alimentos, recordó el obispo.
“El papa siempre decía que el camino de la guerra duele y solo destruye. Nos invitaba a encontrar la solución a través de la paz y el diálogo, para construir una verdadera experiencia de vida. Además, nos impulsaba a ejecutar programas sociales desde las comunidades campesinas e indígenas”, añadió monseñor Bravo.
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Presencia activa en Colombia
El obispo también destacó el papel de la Iglesia Católica en la solución de problemas sociales en la región del Catatumbo, mediante la entrega de ayudas a través del Banco de Alimentos.
“Tuve la gracia de reunirme con el papa en tres oportunidades durante los últimos tres años. En junio de 2024 participé en un encuentro con laicos y religiosos, organizado por Cáritas, con el objetivo de fortalecer los programas sociales de ayuda a los más necesitados, especialmente en materia económica”, contó.
Finalmente, monseñor Bravo hizo un llamado a la oración: “Hay que orar por el eterno descanso de su alma. Él siempre nos pidió que oráramos por él. Ahora más que nunca, debemos hacerlo”.